Qué alegría estar juntos nuevamente en este espacio. Debí tomarme una semana más para procesar absolutamente todo lo que pasó en este Sanremo 2025 (y porque escribir después de haber estado ocho horas al aire sin parar durante seis días no es muy factible).
El nivel general fue bastante bueno, logrando bastante equilibrio entre el pop de los últimos años y las baladas/cantautorato que habían perdido terreno en cantidad mas no en calidad.
Vamos a hacer un repaso a las canciones más destacadas para mi en el orden de la clasificación:
El ganador fue Olly, un jovencito buenmozo que canta una balada. Balorda Nostalgia es el nombre del tema. Una característica simpática del muchacho es que tiene problemas para pronunciar la erre, tal como yo cuando era niño, pero su canción está repleta de ellas. Eso no es impedimento para ser el favorito de las chicas lindas.
Segundo quedó Lucio Corsi con Volevo essere un duro. Él era el más desconocido del cartel pero con su ternura y mundo mágico conquistó a todos. Además, ante la renuncia de Olly al derecho de representar a Italia en Eurovisión, él obtuvo esa oportunidad. Ojalá ese concurso no destruya la pureza de su alma.
Por cierto, al respecto de Corsi, fue un espectáculo aparte su actuación en la noche de covers junto al Topo Gigio. Algo que creíamos podía ser freak terminó siendo un momento muy dulce.
Con el bronce quedó Brunori Sas y su L´albero delle noci. Una canción de autor preciosa que cumple las expectativas de los que esperábamos su debut. Además, con su carisma fuera de escena ha ganado ser considerado el DILF de la edición por medio tuiter.
Cuarto fue Fedez con la canción Battito. Sobre él hay dos cosas para decir: la primera es que trajo un temazo, la segunda es que no importa lo que diga la prensa rosa: Fedez fiel.
Quinto fue Simone Cristicchi con Quando sarai piccola, un poema muy bonito y muy sentido pero que musicalmente bordea el autoplagio de su propuesta de 2019. Como la mayoría de los lectores de esta columna no conoce esa edición, podrán disfrutar sin culpa de un momento maravilloso.
El gran shock de la jornada fue descubrir que Giorgia, la considerada ganadora de consenso toda la semana, había quedado a las puertas del top 5. Su canción La cura per me es una joyita, pero su interpretación la lleva a otro nivel. Por algo ella es de las cantantes más importantes de las últimas tres décadas.
Décimos fueron los Coma_Cose, que con Cuoricini fueron la mejor propuesta pop de todas las que tuvimos este año. Se pusieron el disfraz de los Ricchi e poveri y les queda bárbaro.
En un injustísimo puesto 20 quedó Joan Thiele con su Eco. Ella era de las artistas que yo menos conocía y ahora me convertí en devoto. La atmósfera bondiana de esta canción me tiene loco.
Un puesto más abajo quedó Francesca Michielin, la artista que a mí me introdujo a este mundo. Fango in paradiso reune todo mi ser: sonido a lo Taylor Swift, aprecio por la señalética (referencias a los carteles de piso mojado) y cameo de ¡Fernando Alonso! en el videoclip.
Penúltimo de forma incomprensible quedó Rkomi con Il ritmo delle cose, un tema que no logro despegar de mi cabeza.
Por otra parte, la semana antes del Festival de Sanremo tuve la posibilidad de ver en Buenos Aires la obra Mina... Che cosa sei?, que tiene funciones hasta el 9 de marzo en esa ciudad y luego irá haciendo gira por distintos lugares (ojalá crucen el charco pronto porque valdrá la pena). Es un híbrido espectacular entre musical y concierto, donde el único libreto son las canciones. Elena Roger es maravillosa interpretando no a la cantante Mina (porque no es biográfico y hay que saberlo), sino al yo lírico de sus canciones, mientras que Diego Reinhold es un excelente contrapunto, que llega a lucirse incluso con temas de otras leyendas italianas como Luigi Tenco (del que hablaremos acá algún día) o Bobby Solo.
Hecha esta recomendación cerramos la persiana por esta semana, las próximas ya tendrán una dinámica distinta alternando artistas actuales con clásicos. Arrivederci!
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