Mejor un megaviñedo

-Andá a la puerta que hay un tipo ahí que no se le entiende nada -rugió mi dulce madre el otro día y agregó: -Debe de ser uno de esos viejos drogones con los que andás.

En realidad era Francis Ford Coppola, que venía con un par de damajuanas del tinto que hace (o hacía, no lo tengo claro) y un DVD con su última película, para mostrármela (a la película). -Hello, old friend. Nou me costou nada encountrar la street John Polly -dijo a modo de saludo.


-"Megalópolis" se llama y es mi proyecto más querido desde hace como 40 años. -me explicaba, mientras servía el tinto y mi vieja lo seguía mirando, desconfiada. Me siguió hablando de que lo bancó con su propia guita, aunque tuviera que vender parte (o todos, no le entendí bien porque el tinto estaba bueno) de sus viñedos y otras empresas, de que era una alegoría acerca del mundo actual, comparándolo con el Imperio Romano y otras cosas más que ya sabía yo hacía rato.

La peli -dirían los centennials- dura más de dos horas y, entre ella, el vinacho y el Lorazepam del mediodía, cabecié un par de veces pero el veterano no se dio cuenta. Cuando terminó, me preguntó qué me parecía mientras me servía otra copa y le contesté que no podía creer lo que había visto y que me había quedado de cara. Se fue, visiblemente emocionado mientras le daba un papelito con su numero de célular a mi vieja y se fue, contándome que tenía una cita con Majo Borges, llevándose el DVD y, lamentablemente, una damajuana por la mitad que había quedado.


Ahora que Francis se fue, vamos a hablar en serio de la que probablemente sea la película más polémica de 2025. Muchos la compararon con "Apocalipsis now" y yo no voy a ser menos, aunque también voy a citar otro film del director, mucho más reciente y poco conocido. La obra maestra sobre Vietnam -adaptando una novela de Joseph Conrad sobre el colonialismo europeo en Africa- realizada hace 45 años (¡qué lo parió!) entraba en terreno virgen -nadie en Hollywood había filmado sobre esa guerra EN Vietnam y muy pocos lo harían seriamente después- con una anécdota engañosamente sencilla sobre un viaje a través de ese territorio desconocido, pero más que nada, sobre la mentalidad de esa gente que invadía un país tan lejano. Que la hora final con la aparición del mítico Kurtz sea mucho más floja es culpa de su actor Marlon Brando y no de mi amigo Francis Ford.

"Apocalipsis..." -mejor ver la versión Redux, que al contrario de lo que sugiere su nombre, tiene 40 minutos más- no tiene discursos sobre qué horrible que es la guerra; cómo muere gente a bocha o cómo enloquece a los hombres. Lo muestra filmando casi con ligereza ese viaje a través del "corazón de las tinieblas" del que hablara Conrad. Cuando el protagonista Martin Sheen se emborracha y rompe un espejo, nos dice mucho sin ninguna voz en off.

"Apocalipsis now"

Todo lo contrario pasa en "Megalópolis". La mano de Coppola es muy pesada y más que cine, parece hacer teatro con grandes -en el sentido de altisonantes, no de excelentes- efectos visuales. Es una película muy hablada, donde la trascendencia buscada está en los discursos y no en la narración y en donde el mensaje o la alegoría se pierde entre una anécdota que no avanza.

Hay muchas ideas interesantes que no se concretan en nada trascendente: las estatuas enormes; el tiempo que el protagonista puede detener; el tipo de ciudad que ese mismo protagonista (Adam Driver) quiere construir; la caída de Roma y sus implicancias actuales, mientras el director pierde el tiempo con una especie de triángulo amoroso que no puede importar menos.

En 2011 Coppola había dirigido en Buenos Aires "Tetro", una extraña obra en blanco y negro (casi toda) con un elenco curioso: Vincent Gallo, Maribel Verdú, Klaus María Brandauer, Carmen Maura, Silvia Pérez, Sofía Gala, Erica Rivas, Aiden Ehrenreich (¿alguien se acuerda de él?) y Susana Giménez. Una película tanguera -o de cómo los extranjeros creen que es el tango y la Argentina- en donde se contaban un montón de quilombos familiares que no le importaban a nadie y donde nadie sabía qué estaba haciendo. Ponele color, mucho C.G.I., muchos millones más de dólares y muchísima voz en off y te queda "Megalópolis".


Chau, F.F., volvé cuando quieras. Una pregunta, ¿por qué a tus vinos le pusiste "Faisan" de nombre?

UNA CRUZADA CONTRA EL COMUNISMO APÁTRIDA

Varios lectores me han pedido que explique en qué consiste el quilombete que hay entre Cinemateca Uruguaya y la Agencia del Cine y Audiovisual del Uruguay, acerca de la llamada "Casa del cine" compatriota.

Hace 40 años iba a volver la democracia y se caía a pedazos la cultura retrógrada, solemne y cerrada que había querido imponer la dictadura. Estaba de moda ir a Cinemateca (aunque no te gustara demasiado ver cine) como también ir al tablado (aunque no fueras muy carnavalero) o escuchar Canto Popular (aunque te pudriera el folklore). Un compañero de la Española que también trabajaba en Cinemateca vio a un jefe particularmente facho en la cola para entrar a una sala y éste se apuró a decir: "-Vengo acá porque me gusta el cine, eh?".

Seguramente, Facundo Ponce de León era muy niño en esos tiempos -en que dicho sea de paso, la institución te tapaba a documentales sobre guerrillas centroamericanas y sindicatos en huelga hasta que Manolo se peleó con el PCU y se hizo de Batalla, pero eso daría para todo un libro. Pero la política cultural del partido que se va del gobierno en dos meses es de que lo único que existe es todo lo que sea blanco. Por eso, por ejemplo, en un Día del Patrimonio sustituyeron a Benedetti e Idea Vilariño por Manuel Quintela.

En concreto, la ACAU informó públicamente que ha conseguido medio millón de dólares para remodelar un edificio frente a la Plaza Matriz. Allí -según el proyecto- se reunirán todos los archivos de cine uruguayo y, en condicional, se abriría una sala para exhibirlo y una cafetería. O sea, hacerle la competencia a Cinemateca. A tres cuadras, apenas, de distancia. Obviamente, éstos sacaron un comunicado parándose de punta. 

No sé si por asociar a Cinemateca con el rival político o, como tantos que conozco, Ponce de León es de esos que creen que el Universo comenzó cuando él nació, este muchacho ignora que un archivo no solamente necesita un espacio físico. Ya sea de documentos, de libros, obras plásticas o de fotografías, requiere de ciertas condiciones de humedad, temperatura y luz (escasas) que no son fáciles de lograr. Esto, multiplicado unas cuantas veces si se trata de material cinematográfico, especialmente el celuloide y muchísimo más, su antecesor el nitrato, que se puede incendiar solo. Cerca de la rambla parece ser el peor lugar para construir un archivo de cine.

Finalmente, el archivo de cine del Sodre que está conservado gratuitamente por Cinemateca (no sé si en su totalidad, sospecho que sí) ¿se lo va a llevar de pesado? Los otros archivos privados, ¿cómo los va a conseguir?. ¿Por qué no le mandaron la guita que el gobierno le presupuestó este año a Cinemateca?

Si alguien quiere profundizar en el tema:

https://crm.cinemateca.org.uy/media/uploads/Informe_de_Cinemateca_Uruguaya_sobre_archivo_de_la_ACAU_13012025%20vf.pdf 


MELAMMU (Metete la música moderna en el upite)

No es muy conocida (creo) y menos antigua de lo habitual en esta ascendente sección, "El pianista del ghetto de Varsovia" sigue siendo una maravilla dentro de la propuesta musical habitual de Jorge Drexler. Con una profundidad textual que el autor no siempre manifiesta.


 

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SEAN LOS ORIENTALES TAN ENFERMOS COMO ESTÚPIDOS

La primera tercerización que ocurrió en la Española se remonta a los primeros años 80, cuando se creó uno de esos IMAE cardiológicos, dirigido por el más altisonante y aristocráticos de sus médicos de entonces, el doctor Carlos Altieri. Quien pocos años después tuvo que renunciar, acusado de manejos desprolijos. Sobre la tecnología de punta y/o cara y cómo la manejan ciertos médicos, habría mucho que escribir.

Pero la catarata de tercerizaciones (y no de "privatizaciones" como dicen ellos, que son tan de manual que no se dan cuenta que no están desguazando un emprendimiento público, sino uno privado) comienza en la década pasada.

Como en tantos otros lados -fundamentalmente en la salud- se comenzó por tercerizar la higiene. ¿Es que no son capaces de mantener un departamento de limpiadores, que tienen que encargárselo a una empresa de afuera? Acá no había la excusa de tanto neoliberal en la vuelta, era una de las cosas que funcionaba mejor en la Española. 

El chiste era contratar directamente a una empresa (léase "a dedo por ciento", sin licitaciones ni llamados) que apareciera de la nada, pagando salarios muy por debajo de los funcionarios de la mutualista, sin respetar los convenios del ramo porque los limpiadores de la empresa nueva son de "afuera", no son de la mutualista. 

Así se fueron tercerizando otros muchos servicios, sin la excusa de que funcionaran mal. Una vez, hablando como Delegado Obrero con el anterior Gerente, le expresé algunos problemas que tenía cierta sección y me contestó, cortante: "-Bueno, la privatizamos". "-¿Por qué no le solucionan los problemas, mejor?" -le contesté. Tenían la idea fija.

Si no fuera por la menor calidad del trabajo -por ejemplo, una vez pregunté si la empresa que se dedicaba ahora a la liquidación de sueldos estaba integrada por gente con capacitación en el tema y me contestaron que estaba integrada por cualquiera que anduviera por ahí y aceptara el bajo sueldo. Y encima me miraron con cara de: qué palomo que sos. Si no fuera por la menor calidad del trabajo, decía, podríamos discutir la conveniencia de tercerizar, pero...

¿Quiénes son los dueños de estas empresas misteriosas? ¿Quiénes son los verdaderos dueños, más allá de los testaferros que puedan aparecer como aparentes empresarios? ¿Cuánto le cobran a la mutualista? ¿Quién los controla? 

Para la gente neoliberal o "liberales a secas", como se autodenominan subvirtiendo el significado de esa palabra, o "libertarios", cuando son más extremistas y antidemocráticos, TODO lo que es público funciona mal y al privatizarlo, funciona muchísisisisisimo mejor. Pese a innumerables ejemplos de lo contrario en el mundo. Pues bien, el anterior Gerente Julio Martínez, que hasta ha tercerizado las tareas administrativas, les da un discurso a quienes entran por estas empresas diciéndoles que ellos "tienen que ir a hacer las cosas bien, porque los funcionarios de la Española no sirven para nada". Te pagan $25000 pero te sentís orgulloso.  

La primera empresa que trabajó en la limpieza (llamada "Mega") al poco tiempo se fundió. Inexplicablemente, porque me imagino que tenían ingresos fijos todos los meses, no dependían de ventas ni nada que se le parezca. A la calle todos los funcionarios y les quedaron debiendo plata. Con suerte agarraban en la siguiente empresa, que les pagaba lo mismo o menos y no les reconocía la antigüedad.    

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P.D.: Como no hubo las respuestas suficientes (*) para la Pregunta Ingugleable de la semana pasada, se quedan con la incógnita de la respuesta.  

(*) Para ser exactos, nadie contestó nada.


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