Los clásicos japoneses filman bodrios en el turno de la noche

En 1951 Akira Kurosawa ganó el León de Oro en Venecia por "Rashomon" y de repente, un Occidente deslumbrado por lo que era bastante más que una película de samurais -estrictamente, el género se llama jidaigeki, como saben todos nuestros lectores japoneses- brillante en lo visual y sorpresivamente profunda en su mensaje en contra de las verdades fáciles. 

Los siete samurai (o samurais)

Para ser exactos, "Rashomon" no era ni siquiera un jidaigeki, sino que aprovechaba el entorno rural para narrar la historia de un bandido que ataca a una pareja en un camino solitario. Como dije, Occidente (digamos, Europa y un poco USA y América Latina) se enteró asombrado que los japoneses podían hacer un cine no sólo folcklórico (en el sentido de típico y exótico para esos mismos occidentales), sino que también talentoso, sin necesidad de copiar nada de los modelos del Primer Mundo.

Kurosawa fue casi hasta su muerte (en 1998) el símbolo del director japonés para los extranjeros. En su país fue bastante exitoso -especial y precisamente con los relatos de samurais como "Yojimbo", "La fortaleza escondida", "Los siete samurais", "Kagemusha" y "Ran", que supo hacer con más talento y originalidad que la mayoría de sus compatriotas. No fue lo único que hizo: incursionó en el policial contemporáneo, adaptó "El idiota" de Dostoievsky y "Los bajos fondos" de Gorky (sin que nadie hable de blanqueamiento, o más bien de "amarilleamiento" por utilizar intérpretes y ambientaciones japonesas en vez de rusas).

Pero la gente quería al Kurosawa espadachín. En su país fue muchas veces minimizado por ser demasiado internacional, o sea filmar en forma concesiva para los occidentales quienes admiraron sus aventuras. La filmografía entera del Akira de la gente no permite sacar esas conclusiones. Perfeccionista fanático, filmó lo que quería (o podía) sin que uno pueda ver una pizca de exotismo.

Sanjuro, el samurai

Durante décadas, el caso de Kenji Mizoguchi fue igual al de tantos otros directores nipones, que eran sinónimo de una sola película famosa que trascendió en todo el planeta, llegando a situaciones insólitas como ser estrenadas en un país en el culo del mundo como el nuestro. Así como de Kon Ichikawa solamente conocimos "El arpa birmana" (1956) o de Teinosuke Kinogasa, "La puerta del infierno" (1953), en el caso de Mizoguchi, sólo circuló su "Ugetsu" (en realidad llamada "Cuentos de la luna pálida de agosto") (1953) un jidaigeki más bien fantástico y sobrenatural, un film poco característico de la obra mizoguchiana, pero muy talentoso y de justa fama.

A partir de los 90, y gracias a la crítica mayormente francesa y británica, comenzaríamos a enterarnos que había muchas más películas de Mizoguchi que valían largamente la pena ("El intendente Sansho"; "Los amantes crucificados"; "Historia de los crisantemos tardíos", varias más) . Fue un director especializado en dramas femeninos (o feministas), maestro de los movimientos de plano y otro que filmó lo que pudo o lo que quiso, según los tiempos.

Ugetsu

Curiosamente, a Yasujiro Ozu nunca lo consideraron para participar en festivales internacionales, ni siquiera en el auge del cine nipón en los 50, porque lo consideraban "demasiado japonés" y creían que su estilo -tan singular- no sería entendido y apreciado por nosotros, tan occidentales.

Un personaje extraño, que no daba entrevistas y a quien no se le conoció pareja (murió soltero exactamente el día de su cumpleaños 60, lo que me da un poco de impresión), si bien comenzó en la década de los 20, su mejor etapa y donde consolidó su estilo parece ser a partir de la posguerra. Deja otros géneros y se especializa en las películas de familia, filmándolas desde la altura que tiene una persona arrodillada -como hacen los japoneses en sus reuniones familiares- con pocos y discretos movimientos de cámara, además de violar la regla de los 180º (filmando con ángulo invertido, como especifican en algunas transmisiones de fútbol) y realizando a veces extrañas composiciones igualando visualmente objetos muy diferentes (por ejemplo, una botella vacía y un faro).

El amigo Yasujiro fue reconocido por Extranjia muchos años después de su muerte por cáncer, cuando en 2012 su (maravillosa) "Historias de Tokyo" fue premiada como la tercera mejor película de todos los tiempos por la encuesta de ese año de la revista británica "Sight and sound".

Tokyo monogatari

Seguiremos algún día con los clásicos japoneses. O no. Veamos tres películas imprescindibles de estos maestros, una por cada uno, así no se pelean:    

 


"Historias de Tokyo" (1953) de Yasujiro Ozu

"Ugetsu" (1953) de Kenji Mizoguchi

 

"Dersu Uzala" (1975) de Akira Kurosawa, ésta sí ambientada en Rusia.

LA CULPA LA TIENE GRAMSCI, CAPAZ

Argentina 1985
 

No es casualidad que la ultraderecha odie a la Cultura en general y cuando llega al poder, haga lo posible por destruirla desde ese Estado que suele aborrecer. En el caso de Argentina, en que es liderada por un psicópata con delirios de grandeza y donde  hay que sumarse a su culto a la personalidad para conservar el carguito, el Secretario de Cultura de la Nación Leonardo Cifelli negó los recortes que anunciábamos en la primera columna de esta tercera etapa (que no solo fueron en dinero, sino también que despidieron a mucha gente) diciendo en una entrevista complaciente con Eduardo Feinmann, un eterno militante de las causas ultraconservadoras: "Filmaban cada bodrio..." y que los que se quejan son todos "actores kirchneristas" que hacían películas político partidarias, sin especificar en lo más mínimo de qué films y de quienes está hablando.

Probablemente se refiera a "Argentina 1985" de Santiago Mitre o a "El juicio" de Ulises De la Orden, películas que seguramente hoy no pasarían la censura del Comité que dijo Cifelli que iba a calificar qué films están en condiciones de recibir subsidios del INCAA. No dudo que se repitan las barrabasadas del menemista Julio Márbiz, ya que Carlos Saúl fue el mejor presidente argentino de la historia según el hombre del perro clonado. 

Qué es un bodrio y qué es una buena película para estos "libertarios" quizás quede ejemplificado en la actitud de su líder, hace poco emocionado hasta las lágrimas en su enésimo viaje hasta Estados Unidos (pagado por el Estado)... porque conoció a Sylvester Stallone.    

2 Y.E.T.P.A.P. 

JIM ABRAHAMS (80) - Capaz que no lo sacan por el nombre pero sí si les digo que es la "A" del trío Z.A.Z., autores de "Y dónde está el piloto" y "Super secreto", además de guionar las tres entregas de "La pistola desnuda". Luego de "Por fin me la quité de encima" se separaron. Abrahams, el primero que ya no puede afiliarse a Previsión del grupo, realizó "Sopa de gemelas", que no estaba mal; las dos "Locademias de Pilotos" (¡ay, esos nombres!), aquellas parodias con Charlie Sheen y "Mafia", que fue un desastre y lo último que dirigió. 

Ojo que se viene una remake de "La pistola desnuda" con Liam Neeson y Pamela Anderson. No digan que no se los advertí.  


+ SILVIA PINAL (93) - Seguramente la rubia más hermosa que dio el cine mexicano (el premio en morochas es de María Felix, claro). A los 16 años ya estaba casada pero fue con su segundo marido (de un total de 4), el productor Gustavo Alatriste, con quien llegaría a una alianza cinematográfica con el maestro Luis Buñuel, que daría tres obras maestras en los 60: "Viridiana"; "El ángel exterminador" y "Simón del desierto". En esta última Alatriste se quedó sin fondos y nadie puso los mangos que faltaban para terminarla (quedó en un mediometraje de 45'), lo que hizo que el aragonés no volviera a trabajar en México.

Si bien Pinal realizó cerca de 100 películas más en su país y en Europa, indudablemente fueron las que hizo con Buñuel las que la hacen recordable en el mundo entero. Con Alatriste tuvo una hija que llamaron, no por casualidad, Viridiana, quien falleció en un accidente a los 19 años. Una nieta de Pinal tuvo una hija con Luis Miguel, ya que estamos.


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SEAN LOS ORIENTALES TAN ENFERMOS COMO ESTÚPIDOS (XX)

Antes de ser obligatorio por ley a nivel nacional, ya se pagaba en la salud un 30% adicional al trabajo en horas de la noche, o sea entre las 22 y las 6. Mucha gente lo quiere por la plata, otros (menos) porque le gusta el horario y hay unos cuantos para los que no hay compensación que justifique ese esfuerzo.

Hasta 1990 quedaba -para ser exactos en el horario entre las 0 y las 7- un solo funcionario para atender las urgencias a domicilio, los traslados en ambulancia, la única caja activa y la central telefónica. Como lo demostraría la experiencia, en otras décadas había poco y nada de trabajo en el turno y se sacaba con la fusta bajo el brazo, pero la demanda se fue intensificando con el correr del tiempo.

En realidad, la razón puntual que hizo que se destinara un segundo funcionario para la noche fue que una vez el que hacía ese horario de lunes a viernes andaba con una diarrea de mi flor y cuando se quejaron de que había demorado en atender el teléfono aclaró que estaba solo para todas las tareas, incluyendo las fisiológicas. Probablemente, con otras palabras.    

El segundo trabajador nocturno fijo se consiguió enseguida, pero el problema fue cubrir sus libres (o sea sábados, domingos y feriados) porque la changa ya no era tan distendida como antes y había mucha responsabilidad. Muchísima, a veces y esas son cosas que determinada gente evita como al diablo. No nos arrastramos ante los jefes para andar laburando estresados.

Ahí es donde caigo  yo. Tengo una oportunidad de hacer unos mangos: tener una guardia bien paga extra por semana no era un ingreso desdeñable. Como suele pasar, mucha -pero mucha- gente, incluyendo a varios de quienes habían rechazado el turno, se molestaron porque se lo daban a un sindicalista que no alcahueteaba a ningún jerarca ni iba al club de la 123 en 8 de Octubre y 18, enfrente al Túnel.


En aquellos tiempos, el ambiente estaba bastante mejor que de día. No había jefes presentes y había el consenso general de no rompernos las bolas entre nosotros y sacar el laburo mansos. No sólo entre administrativos, eso incluía a enfermería, servicio y, en general, médicos. No era el paraíso pero noté que las veces que me dediqué a cubrir alguna licencia de quienes hacían la noche de lunes a viernes, mi humor mejoraba notoriamente.

Era una Española con mucho menos gestores de universidades privadas especializados (?) en gerenciamiento y administraciones pero donde, por ejemplo, siempre se cuidaba que los funcionarios que trabajaban en ese horario sensible tuvieran experiencia y capacitaran a los menos duchos (jamás de los jamases trabajaban dos que estuvieran aprendiendo) y donde los jerarcas atendían sin excepciones las llamadas a cualquier hora de la noche por temas, obviamente, muy importantes. Incluso, aunque odiaran al funcionario por sus actividades gremiales. Ahora... mejor ni hablar.

Cambiando de tema, una cuestión muy singular es el extrañísimo silencio que hay en los centros de salud en la madrugada, que no es igual a ningún otro. Algún técnico en sonidos y/o simple rompebolas me dirá que todos los silencios son iguales, pero no. Es muy particular. Y muy sugerente.

Una noche estaba tan aburrido que puse en la radio una de esas audiciones de pastores brasileros que se enfrentan al demonio y todo eso. Para qué, al rato tuve que sacarlo porque empecé a ver ángeles y satanases tirándome lanzazos entre llamas. Pensándolo bien, es una forma barata de endrogarse bien.

Por último, una historia legendaria de fantasmas. Parece que en el cuarto piso trabajaba un enfermero que andaba de amores (por decirlo así) con una colega, a pesar de estar casado con otra señora. Esta buena mujer tuvo la desgracia de enfermarse muy gravemente y, no sé cómo, enterarse de la infidelidad de su marido. Entonces, ya condenada de muerte, le echó una maldición al susodicho diciendo que iba a volver del más allá para vengarse. Jodida amenaza. Yo soy de la teoría que eso es lo mejor que podés hacer cuando tu fin es inminente y tenés alguna cuenta pendiente.

Lo cierto es que poco tiempo después que se concretara el fallecimiento de la esposa, comenzaron a haber rumores de una presencia misteriosa en ese piso. Que si la seguías, se metía en un cuarto y cuando entrabas al cuarto no había nadie. Que no tenía cara. Que cuando estaba el tipo en la enfermería, las cosas se caían solas... 

El propio Tu Sam (padre) fue al sanatorio pero Magurno hizo que lo sacaran del tujes. Evidentemente, un investigador de lo paranormal (o algo así) no era una buena propaganda para la mutualista. 

     

Comentarios

  1. Hay tanto para comentar acá, che...
    i) No he visto mucha filmografia del pais del "lápiz", pero por lo poco que he visto me da la impresión de que son un poco xenófobos. O al menos, lo eran.
    He visto "Rashomon", me parecieron muy interesantes la manera en que se exponen los relatos según la parte interesada; asi tmb la composición de la escena, con gente "de frente" a la cámara (o sea, a uno q lo ve) dando la impresión de ser parte de esa "asamblea".
    ii) va a ser toda una experiencia ver a Liam Neeson encarnar el papel del Tte. Frank Drebin (o quizá s haga otro personaje)
    iii) historias de fantasmas: tengo experiencia en la materia. No x mi, sino por mi esposa, q desde que estamos juntos me he acercado al mundo paranormal. Muy interesante

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  2. Respuestas
    1. Solo una de varias:
      Una noche se "apareció" una muchacha. Y le contó cosas de mí a mi señora q yo no le habia comentado, como ser cuando yo viví en una casa y estudiaba. Y mi señora percibía esas "escenas" mías que le transmitía esta entidad. Además, parece que había querido estudiar pero no pudo xq era del interior. Y había quedado embarazada. Habia tenido un bebé pero le dijeron q habia muerto, más allá de que sabía que era mentira. Y lo andaba buscando. La historia la situamos sobre los 80. Parece joda pero estuvimos horas deduciendo eso.

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    2. Si me lo cuentan a mí sería difícil de creer. Pero yo lo vivi

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    3. Es lo que tiene Sayago. No tiene mosquitos pero abundan la gente con capacidades vitales diferentes.

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