Post defensa: Kevin, The Unforgiven, Valentín, Karina, Erik. |
Buena jornada, estimado lector.
Sepa que esta es
la última colu(c)na.
No sé si la última
del año 2024, si la última hasta que la mayoría de los que hacemos parte de
TPLMP Blog retomemos nuestras intervenciones periódicas, probablemente una vez
que el nuevo gobierno tome funciones, qué se yo… Esta época del año, da para
cierres, balances, redondeos.
En mi caso, ha
sido un año complejo… Y no precisamente porque pueda modelarse como la combinación
lineal de un número real y otro imaginario o “a+b*i”, siendo “a” y “b” reales e
“i” la unidad imaginaria, √(-1).
Volví a trabajar, luego de casi 6 meses en los que mi cabeza
volvió a luchar contra temores y fantasmas, que por momentos lograron doblegar
la armadura racionalista que tantas veces ha servido para soportar los embates más
filosos.
También volvieron los ataques de pánico, como supe compartir
en la entrada de octubre, cuyo título es muy claro (“Ataque de pánico”).
Sobre noviembre, estalló una crisis personal y de pareja,
que intenté sublimar escribiendo al respecto en “Sombra”.
Pero como la idea de la circularidad y por qué no, también,
la sincronicidad, es algo que particularmente disfruto, quiero cerrar este año,
reflexionando sobre uno de mis roles, tal vez es que más disfruto, que es el de
dar clases en la Heroica y Sacrificada Facultad de Ingeniería de la Universidad
de la República.
Tomo como disparador, este año en el que, junto a Karina, fuimos
tutores de Erik, Kevin y Valentín, durante la elaboración de la tesis de grado
en Ingeniería de Producción.
Si Ustét quiere saber más sobre esa hermosa carrera, para su hija, hijo, sobrino o amante, anímese a visitar en Shutú:
- La presentación de la carrera de Ingeniería de Producción.
- El testimonio de una egresada.
- El canal de la Facultad de Ingeniería de la UdelaR.
Los 3 estudiantes
antes mencionados, durante 9 meses (sí, en tiempo récord, realmente), redondearon
una tesis (“Proyecto”) excelente, aprobaron con 11, pero más allá del “detalle”
de la nota, se animaron a correr riesgos, cometieron errores, por momentos,
parecía alejarse el objetivo que ellos mismos se auto impusieron, de defender
la tesis el mismo año en que la iniciaron, pero por sobre todas las cosas,
mostraron “don de gente”, “buena madera”, lo cual me reconforta en grado sumo.
No se trata de
ser idealista. Mi padre es maestro, quizá por eso, disfruto tanto “la cosa
académica”, eso de entregarse, dejar las tripas en cada clase, no siempre
logrando ser bueno, pero sí tratando de no dejar nada por intercambiar con los
estudiantes y compañeros docentes. Me encanta aquello de Don Óscar Maggiolo,
del rol fundamental de la Universidad de la República para “FORMAR PERSONAS”.
Como también, en
mi primera colu(c)na en este espacio, al hablar de “La despedida de Gorgias” de José Enrique Rodó, estoy convencido que cualquier estudiante de estas nuevas
generaciones, ya nos supera a nosotros, los “viejos” docentes de 47 años (en mi
caso). Estos gurises, que claramente “podrían ser mis hijos”, son nativos
digitales, muchos comparten espacios con las primeras generaciones del Ceibal,
por lo que me anima a creer que lo que viene, es algo bueno para nuestro
Uruguay.
Antes de pasar a
hablar de Música, Señora, Señor, Lectora, Lector, anímese a motivar a sus
hijos, sobrinos, nietos, a estudiar Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas.
No sé cuál es el Huevo y cuál es la Gallina. Sí sé que, así como Gustavo
Trelles nos decía en la publicidad de ANCAP, que “el único lugar en el éxito,
está antes que el trabajo, es en el diccionario”, no tenemos que esperar a que
cierto sector de actividad económica se desarrolle, para después reaccionar,
tardíamente, formándonos en esa área. Primero la formación, el empuje de los
técnicos, para luego poder inducir el desarrollo nacional. Por más ingenieros, que
como Erik, Kevin y Valentín, junto a científicos, tecnólogos, matemáticos,
estadísticos, economistas, sean protagonistas, para transformar la realidad de
este País. ¡Uruguay nomá!
El cierre
Musical, también es circular.
El primer video
fue de MetallicA y su inmejorable “The Unforgiven”.
Esta vez, el video, es interpretado por MetallicA, pero el tema original, está compuesto por el ENORME Ennio Morricone, compositor italiano de decenas o centenares de bandas de sonido, irreversiblemente asociado al género “Spaghetti Western”, que supe cultivar con fanatismo.
Esta película en particular, además, es un buen
resumen de mi propio 2024. ¿Por qué? Sepa, estimado lector, que así como
entiendo mi propia existencia, como la puja entre El Bueno, El Malo y El Feo,
este 2024 tuvo sendos momentos que se asocian a una, dos o todas las etiquetas
del nombre de ese film. Hablando de etiquetas, yo, nuevamente, revisito y resignifico
mi propio alias en este espacio: The Unforgiven.
A continuación, “El
éxtasis del oro”. No todo lo que reluce es oro. Pero sí, estoy muy agradecido
con Andrés Reyes y la Comunidad en torno a TPLMP. Hasta la próxima.
PD: Aprovechen el estío y lean todas las entradas de este Blog, no sean amargos.
No todo está perdido... Las nuevas generaciones, valoran el uso del bigote Obdulista. Así, es más posible Que vuelva la Celestre de Antes.
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