Hace tiempo que quería escribir sobre la actualidad del cine de terror. Siguen haciendo películas de ese género a bocha, pero la calidad de ese cine es bastante discutible. Lo que nos lleva, de maneras que sólo yo puedo relacionar, a un tema que no encontrará, amigo lector, en ningún canal de Youtube sobre el séptimo arte: cómo ha variado la representación de los jóvenes (o de los padres de niños) y cómo a veces un actor hace de hijo de una actriz que no le lleva tantos años.
Art, un buen tipo |
No hay muchos subgéneros, la verdad. Está el del slasher, claramente y el del asesino en serie (un tipo se pone a matar gente para deleite de las plateas), el de cabañas abandonadas, el de zombies, el de exorcismos y demonios y el de fantasmas o bichos raros. Alguno se me puede escapar, pero no hay mucho más.
Cuando yo era adolescente, varios amigos de mi edad comentaban entusiasmados películas como las de "Martes 13" o Freddy Krueger, relatando las formas en que las víctimas eran despanzurradas por el psicópata de turno. Se suele citar como principio del citado género slasher a "Halloween" 1978, de John Carpenter y también como su primera obra maestra.
Un concepto más que discutible. Primero, la película en cuestión aquí se llamó "Noche de brujas", supongo que porque cuando se estrenó en 1981 nadie había copiado aún la costumbre de salir a pedir caramelos disfrazados de brujas o similares.
Michael Myers cuando estaba en la selección U10 de psicópatas |
A mí "Halloween", o como la llamen, siempre me pareció un film perezoso tal como su musiquita, que son una serie de cinco o seis notas repetidas hasta el hartazgo. La supuesta genialidad carpenteriana es ubicar siempre al perseguidor Myers donde pueda sorprender a su víctima (generalmente, la debutante Jamie Lee Curtis) y si tuviera tiempo y ganas, me pondría a mapear las apariciones del psychokiller. No dudo que varias veces aparece en un lado y, cinco segundos después, reaparece 500 metros más adelante. Así cualquiera asusta.
En los últimos años la crítica ha ubicado a James Wan como el renovador del género, llegando al extremo de que le dediqué una Canchita entera, en la primera etapa de la referida columna. La franquicia (como se dice ahora) de "El conjuro" asusta realmente y es muy solvente cinematográficamente pero tiene un defecto: las monjas y/o demonios parecen limitarse a aparecer y hacer: -Buuu. Casi como en el finado Tren Fantasma.
Ahora el nuevo "genio" del género parece ser Damien Leone. Dado a conocer con "Terrifier 2: el payaso siniestro" (hizo la 1, pero fue de muy bajo presupuesto y quedó por esa), ya se estrenó la 3 y se viene la siguiente. El "malo" es aquí Art, un payaso narigón y con los dientes casi siempre al aire, parecido a algunos Jockers de historieta. Aquí nada de sutilezas: el tipo te mutila, te tortura y te despedaza con el mayor sufrimiento posible y sin que la cámara se prive de mostrar nada. Hay una escena de una joven totalmente desfigurada y aún viva, que da bastante asco.
Rosa de abolengo |
Se dice que en la cuarta o quinta entrega se contará el origen de Art, y supongo que también por qué es mudo y tiene la idea fija de despedazar gente. Como lo hace con sonrisas, supongo que mucha gente piensa que el personaje es genial. Y complejo. Para mí es una simple y rutinaria historia de un tipo que tiene una saña increíble (como tantos personajes reales, lamentablemente) y el supuesto talento de Leone es mostrar explícitamente el baño de sangre que provoca. Y nada más.
Cambiando de tema, a nadie le interesa pero el año pasado escribí una novela más bien corta donde hablaba de los años de la dictadura, pero desde el punto de vista cultural más que político. No pudo entrar ahí una constatación que tenía que ver con el pensamiento de la época, más allá de quien gobernara y es que en una sociedad evidentemente más conservadora que la actual, los dramas y comedias de entonces solían mostrar a los mayores como gente que la tenía clara en todos los órdenes de la vida y a jóvenes torpes y sabelotodos que siempre se equivocaban y siempre eran ridiculizados. Un buen ejemplo fueron las comedias teatrales de Darío Vittori.
Habría mucho para hablar de cómo ese pensamiento retrógrado subestimaba a los jóvenes que presentaba en pantalla y su relación con unas generaciones que en todo el mundo se enfrentaba culturalmente con sus mayores reinvindicando liberalismos varios, rebeldías políticas y abundantes atrevimientos sexuales. Pero yo hoy lo voy a encarar por el tema de la edad de los intérpretes.
Romeo y Julieta (1936) |
Hace casi 90 años George Cukor -un amigo de la Canchita- realizó una adaptación del clásico "Romeo y Julieta", escrito (dicen) por Shakespeare. En la obra del bardo inglés, él tiene 16 años y su novia de la familia rival, 14. En esta película, Leslie Howard es Romeo con 43 pirulos y se enamora de una Julieta interpretada por la pendeja Norma Shearer de apenas 34.
Es muy común que en el Hollywood clásico se presente a actores cincuentones o mayores -por lo tanto, canosos, obesos y/o calvos- casados con mujeres de una edad similar teniendo hijos en edad escolar. Se me puede decir que los pueden tener, pero esa es prácticamente siempre la representación de una familia. Difícilmente verán a un actor de 30 años con hijos. Más que tener un trasfondo ideológico, la razón era más bien una costumbre mental de no asociar (en la pantalla) juventud con paternidad.
O también, como es sabido, que los 45 años de ahora no son como los de nuestras abuelas. Así como a nadie (creo) hoy en día le parece llamativo que una mujer se divorcie y se case con otro hombre o que tenga un hijo/a sin tener padre presente, hoy los cincuentones podemos vestirnos con colores llamativos o usar ropa bastante informal sin que nadie se dé vuelta a mirarnos. Se podrán criticar muchas cosas que empeoraron, pero en esto hemos avanzando por el buen camino.
Hay muchos ejemplos de hijos y padres actuados por intérpretes de edad discutida, pero hoy voy a nombrar a sólo dos que me parecieron interesantes. En la recordada serie televisiva "Los años dorados" (1985-1992) se contaban las peripecias de tres señoras bastante mayores y la madre de una de ellas. Pero esa madre estaba interpretada por una actriz (Estelle Getty) un año menor en la vida real que su supuesta hija (Beatrice Arthur).
En "Rosa de abolengo", 1941 -curioso nombre para "Mrs. Miniver"- la protagonista Greer Garson se quejó que el actor que hacía de su hijo (Richard Ney) era apenas 12 años menor que él. Después supongo que se acomodó a la idea, porque terminó casándose con el nene. Instinto maternal, que le dicen.
Y.E.T.P.A.P.
TONY TODD (69) - O el grone de Candyman. Era de Sagitario, muy de Sagitario. Medía casi dos metros y tenía una voz grave ideal para putear a Ostojich. Comenzó en cine en los 80 ("Platoon", para ser más exactos) y fue el asesino de la película antes mencionada. Medio lo encasillaron en papeles de terror, porque apareció como forense más que lúgubre en casi todas las "Destino final". Otros films: "La roca"; "Bird" (de Clint Eastwood); "La noche de los muertos vivientes" (1990) y mucha televisión, incluyendo capítulos de "Los archivos X", "McGyver", "Star trek", "24". Tenía pinta de buen tipo.
////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
SEAN LOS ORIENTALES TAN ENFERMOS COMO ESTÚPIDOS (XVII)
Éste es el texto completo que preparé para la apelación al juicio que le hice (sin éxito, hay que decirlo) al actual Gerente General de la Asociación Española por despedirme de ella sin ningún motivo aceptable. Es un texto largo, probablemente para alguno pueda ser interesante y, en el medio, hay una foto de una supuesta enfermera que tiene lo suyo.
"En los primeros días de Marzo de 2020, la Gerencia organizó una fiesta para jerarcas y amigos (a mí no me invitaron) para celebrar que la Española había sido la mutualista que había conseguido más socios nuevos que las demás. El día 13 de ese mes –como todos saben- comenzó en Uruguay las medidas contra la pandemia de Covid 19, la cual estaba en conocimiento del mundo desde por lo menos cuatro meses atrás. Un mes después de la citada fiesta, la Institución enviaba funcionarios al Seguro de Paro por primera vez en su historia.
La conducción de los mandos gerenciales de la Asociación Española durante la pandemia fue extremadamente caótica, confusa y errática. En la sección que yo estaba, Control de Funcionarios del Departamento de Recursos Humanos, y específicamente en la tarea que me correspondía (control de Médicos) todos los días nos enterábamos por diferentes vías que no eran las correspondientes –y normalmente, con mucho atraso y a causa de reclamos- de medidas tomadas tales como cambios en los cargos, anulación de políclinicas y creación de tareas nuevas.
En ese panorama, que dificultaba innecesariamente nuestro trabajo, con varios meses de iniciada la pandemia, comenzaron a llegar médicos a reclamar que les habían adjudicado una tarea y nunca se la habían pagado. Esta consistía en atender telefónicamente a una serie de pacientes que hubieran tenido la enfermedad y hacerles un seguimiento clínico. Esa labor se realizaría sin horario y sin que los médicos marcaran tarjeta y, al igual que otro tipo de cargos médicos en las mismas condiciones, el pago se realizaría directamente a través de Liquidación de Sueldos, sin que mi sección controlara o informara nada.
En los últimos años –y no es el único caso- la referida sección Liquidación de Sueldos había sido desmantelada casi en su totalidad (solo había quedado trabajando la Jefa de Departamento) pasándose sus funciones a una empresa tercerizada. Por lo tanto, si un funcionario de la Española tenía un reclamo por sus haberes no había gente conocedora del tema ni con facultades para solucionar rápidamente su problema, como hubo siempre. La gente tenía que reclamar en Recursos Humanos y estos, a su vez, elevar el reclamo a Liquidación y esperar la respuesta y comunicársela al funcionario. Como es fácil de suponer, muchas veces había personas que no podía ni quería entender que nosotros hacíamos de intermediarios obligados.
En el caso concreto de los médicos que comenzaron a llegar con los reclamos de no haber cobrado la tarea de seguimiento telefónico, quien escribe hizo siempre y en todos los casos sin excepción, el correspondiente reclamo a Liquidación de Sueldos, para que confirmara que el médico reclamante tenía el cargo acreditado por Dirección Técnica y Gerencia General, para que así pudiera cobrar regularmente. Para que quede claro, si se crea (o modifica) un cargo médico, su jefatura (Dirección Técnica) tiene que informar a Control de Funcionarios de RRHH y a Liquidación de Sueldos con sendas notas esa novedad. Claramente, si Liquidación de Sueldos no recibe esa información de Dirección Técnica o no la procesa adecuadamente, no es responsabilidad de ninguna tercera sección.
El Dr. Torres Mendoza mintió al Consejo Directivo cuando el día 29 de Junio de 2021, al presentar un informe sobre mí, dijo que yo no había sabido atender los reclamos de algunos médicos, sin dar ningún detalle al Consejo en qué consistía mi aparente incompetencia. También mintió en la misma reunión cuando afirmó que me advirtió por mail y personalmente reiteradas veces de su insatisfacción con mi desempeño. Jamás me envió un solo correo electrónico y nunca se comunicó conmigo por este tema ni por ninguno. Por el contrario, el mismo día que me enteré de este cúmulo de mentiras, me lo crucé en un pasillo y –lamentablemente- confié en su hombría de bien y le pregunté cuándo podía hablar con él. Era un viernes y me citó para el lunes siguiente de mañana. Por supuesto, ese lunes no concurrió a trabajar y me informó –a través de una de sus “adjuntos”- que ya me iba a dar nueva fecha para recibirme. Quiero recordar que, si bien indudablemente todos los funcionarios merecen un mínimo respeto, yo era además un Jefe de Sección con 35 años de antigüedad. Todavía estoy esperando que me llame.
Con motivo de este juicio, el Dr. Torres Mendoza presentó una serie de notas donde diferentes subordinados suyos informaban de algunos reclamos de médicos sobre el tema ya tratado y –de forma misteriosa- llegaban a la conclusión de que todo se debía a mi incompetencia, repitiendo en todas las notas, sospechosamente las mismas palabras. Quisiera que se me informara de la investigación que el Dr. Torres Mendoza y sus adjuntos y sus jefes emprendieron para descartar cualquier otra posibilidad que no sea mi total culpabilidad. Un par de esos adjuntos demostraron públicamente al poco tiempo no tener ni idea de qué tarea realizaba yo ni cómo la efectuaba. También quisiera saber qué posibilidades tenían sus subordinados de elevar una nota que no dijera exactamente lo que su Gerente quería oir. Entre esas notas había una sobre la Dra. Debitonto, quien hacía otro tipo de reclamo. Cuando atendí a esa funcionaria le expliqué cuatro (4) veces cuál era el problema (de Liquidación de Sueldos) y cuál la solución. Al término de la cuarta explicación y al ver que me preguntaba nuevamente lo mismo, admitió que no me había prestado ninguna atención. A la referida doctora la atendí tres veces y en todas ellas fue incapaz de estar dos minutos sin repetir la frase: “- Soy amiga de Martínez (Gerente General), soy amiga de Torres”.
También quisiera preguntarle al Dr. Torres Mendoza si el hecho de que –supuestamente- sea incapaz de realizar una (1) tarea, luego de 35 años y 11 meses de trayectoria en la Institución, amerita la mayor de las sanciones posibles. Especialmente, cuando no hubo –y por algo Torres Mendoza inventó su fantasía ante el Consejo- ni una sola advertencia o charla conmigo, un funcionario sumamente experiente y que había realizado (y dirigido) otras tareas mucho más complejas y delicadas, como la atención en Puerta de Emergencia, en Urgencia a Domicilio, en Coordinación de Ambulancias Comunes y Especializadas, en el Ingreso de Estadísticas y un largo etcétera.
Este despido que se realizó porque el Gerente de RRHH de la época mintió en todas y cada una de sus palabras al Consejo Directivo de la Institución, es solo la última de una serie de acciones persecutorias llevadas por el Dr. Torres Mendoza y el Dr. Martínez, en una clara discriminación que no tiene asidero alguno en el desempeño real mío. No solo estuve incluído en la primera lista –ya mencionada- de funcionarios enviados al Seguro de Paro, sino que también, en los últimos años, se me hizo dos rebajas de sueldo ilegales, pero que tuve que firmar como que aceptaba para no ser despedido, práctica habitual de muchas patronales. Dicho sea de paso, sus Adjuntos –varios de los cuales me evaluaron negativamente para apoyar a su jefe en mi despido- fueron tan eficientes que en la segunda de esas rebajas nunca hicieron los trámites para que fuera efectiva.
Como ejemplo de la desorientación y la ineficiencia del Dr. Torres Mendoza y su ensañamiento personal contra mí –que me gustaría que explicara a qué se debe, dado el poco trato que hemos tenido- el 30 de Diciembre de 2020 ordena que yo trabaje en Laboratorio los sábados y domingos para ingresar en el sistema informático los análisis PCR que la As. Española le realizaría en forma privada al Hospital Pasteur. Cada paciente tomaría para ser ingresado –haciéndolo en forma lenta- un minuto, así que en las 14 horas semanales en que estaría destinado a esa labor, podría realizar 600 o 700 análisis. Además, ya había una funcionaria de Laboratorio haciendo esa misma tarea. El total de PCR realizados al Pasteur en los fines de semana desde el 1º de Enero de 2021 hasta mediados de Abril, en que la Institución comenzó a realizar otro tipo de análisis, fue de exactamente cero (0). Me mandaron a estar 14 horas semanales sin hacer absolutamente nada.
Un ejemplo mejor de lo que fue la persecución irracional contra mí fue el caso de la Dra. O. Es una doctora de Medicina General que tenía dos policlínicas semanales de tres horas cada una. Un día decide renunciar a una de ellas por motivos particulares y realiza el trámite correspondiente. Luego de ser aceptada esa renuncia parcial a una parte de su labor (la mitad) se baja el expediente a mi sección y lo tramito yo, porque los médicos estaban divididos entre los 8 funcionarios que los controlábamos y esta doctora me correspondía a mí. Meses después, la doctora se presenta preocupada porque hacía tiempo que trabajaba sólo 3 horas semanales y le seguían pagando lo mismo que antes y no la mitad. Razonablemente, no quería que si le habían pagado de más, le descontaran todo de golpe. Ese día, al llegar a mi sector, había un inusual alboroto y se me comunicó que la Contadora Peluffo (Jefa de la empresa tercerizada de Liq. de Sueldos) y la Sub Gerenta de RRHH Chales querían mi cabeza. Cuando le mostré a mi Jefa, la Dra. C. que yo había procedido normalmente y que si la Dra. O. estaba cobrando mal era porque Liquidación de Sueldos no tenía (o no había procesado correctamente) la información que yo sí tenía y había procesado, la tempestad se disolvió inmediatamente y cuando, días después, pregunté a C. si, dada la alarma generada antes, había habido sanciones o despidos, no me quiso contestar.
En resumen, y sin desmedro de que podría dar muchos más ejemplos en el mismo sentido, fui despedido porque el Gerente de RRHH de ese entonces elevó un informe al Consejo Directivo plagado de mentiras. En el juicio realizado, ninguna de estas partes se presentó a dar razones y se negaron a aportar el registro de la sesión correspondiente del Consejo. Se me acusó de ser ineficiente en una función que no debía realizar, siendo que igual avisé a quienes le correspondía la solución. Todo el trabajo que realizaba en mi sección está registrado en el sistema informático de la As. Española y quisiera que el Dr. Torres Mendoza señale en qué mes yo no controlé correctamente en tiempo y forma a los médicos que tenía que controlar. También quisiera, ya que lo esquivó concienzudamente Torres en su mencionado informe y no lo supo explicar C. en su declaración como testigo en el juicio, cómo llegaron a la conclusión de que si a unos médicos le demoran unos pagos, la culpa fue mía y no de los Médicos Jefes Pastoriza y Ojeda, quienes habrían demorado la entrega de la lista de médicos que habían contratado para la labor de seguimiento telefónico del Covid y que se negaron reiteradamente a recibir a esos mismos médicos o, de la empresa tercerizada de Liquidación de Sueldos, que durante el tiempo que trabajé en Control de Médicos, cometió muchos más errores que nosotros, los funcionarios de la As. Española."
Acabo de leer el alegato. Muy bien escrito, por cierto. No sé quién fue tu abogado, quizás con un Nacho Durán no se te escapaba el triunfo, porque desde afuera no parecería haber dos opiniones.
ResponderBorrarGracias. La jueza Canclini y el tribunal de Apelaciones dictaminaron que, aunque se haya equivocado, al pagarme el despido, no hay nada que reclamar.
BorrarLo peor es que todo lo que cuento es verdad.
BorrarJuan Salvo, protagonista de El Eternauta tiene 30 años y en la adaptación de Netflix lo interpretará Darín que tiene 67... ¡Buena columna!
ResponderBorrarGracias. Sí, efectivamente, pero Darín es Darín. Y Kesman es Kesman.
ResponderBorrarQue situación tan injusta, imagino tu impotencia y frustración, capaz es simplista pero disfruta de tu despido y pensá que seguramente no hubieras reunido ese dinero de otra manera, no sé por encontrarle algo que haga que valga la pena.
ResponderBorrarSuerte!
Gracias, Esther. Bienvenida.
ResponderBorrarNo soy muy del film de terror. Quizás porque el género fue un poco bastardeado por películas pochocleras. Vi "La llamada" (The Ring), tanto la versión americana como la japonesa. "El Exorcista", y alguna de las primeras "Jigsaw", que me parecieron un sufrimiento innecesario. ¿Soy un cagón?
ResponderBorrarNo es necesario entretenerse con asesinatos que generalmente incluyen violencia y torturas realmente fuertes. No es una cuestión de aguantar o no, sino de si vale la pena ver algo que, muchas veces, no tiene otro sentido que mostrar eso.
ResponderBorrarCagón.
ResponderBorrar