No soy del rojo, del rojo no soy...

En ocasión de la anterior campaña electoral nacional, tomé conocimiento de la existencia de un dirigente colorado canario, que había llamado la atención porque decía admirar al finado senador estadounidense Joseph McCarthy. Este dirigente -digo dirigente porque tenía una lista en esas elecciones, pero muchos la tienen y no los conoce nadie- era de esa gente que publica en Facebook -en este caso- 5 o 6 entradas por día, los siete días de la semana, diciendo siempre lo mismo con una ortografía y gramáticas absolutamente horripilantes.


Ese entusiasta internauta, en su exasperado odio anticomunista, no sólo no conocía ninguna de las reglas del bello idioma castellano, sino tampoco la verdadera vida del hombre que dio su nombre a un período bastante negro de la historia de su país y también es sinónimo de persecución sin fundamentos, fanática y descerebrada.

Nacido en Wisconsin, Joseph Raymond McCarthy luego de ser abogado, juez y voluntario en la Segunda Guerra Mundial, fue elegido Senador en 1947 y reelegido un período más. El también wisconsiano Orson Welles dijo que estuvo a punto de enfrentarse electoralmente a él en la primera elección, pero andá a saber porque el amigo Orson era medio mentiroso de más.    

El período de fama de McCarthy duró entre 1950 y 1956. En un país que descubría que la URSS, su gran enemigo, había conseguido la bomba atómica -había afanado la receta, digamos- el senador se caracterizó por su empeño en acusar a numerosa gente no sólo de ser espía soviético -lo que podría ser bastante delictivo- sino también de ser partidario o simpatizante del Partido Comunista, un partido absolutamente legal. 


La bastante rápida caída en desgracia del Joseph de la gente (no bolche) sucedió a partir de 1956, cuando se lo comió el personaje y cometió el disparate de denunciar que el 25% de los altos oficiales de las FFAA norteamericanas eran agentes a sueldo de la URSS. Stalin: sos Gardel. El último clavo de su ataúd fue una transmisión televisiva de sus interrogatorios a generales activos. Allí quedó en claro para la propia ciudadanía el carácter delirante, chapucero y prepotente de quien quería demostrar sus fantasías. Pasó a ser el hacemerreir de los legisladores, que dejaron hasta de saludarlo y murió en 1957 de cirrosis. Porque además, era flor de choborra.

Un error muy frecuente de mucha gente es pensar que McCarthy presidió el famoso Comité de Actividades Antiamericanas que persiguió a la gente que hacía cine en Hollywood. En realidad, este comité era de la Cámara de Representantes y McCarthy era senador, pero su influencia sobre él era, naturalmente, enorme.

En realidad, el comité se fundó para investigar las actividades del Ku Klux Klan, pero rápidamente llegó a la conclusión que era más peligroso el comunismo, que era una ideología extranjera -no como el KKK- y se enfocó en la industria del cine, entre otras, no sólo por la popularidad del séptimo arte, sino por otra razón más circunstancial.

"Trumbo", acá denominada "Regreso con gloria" (!!)

Resulta que el músico alemán Hanns Eisler -formado en el dodecafonismo y colaborador frecuente de Bertold Brecht- trabajaba en Hollywood y además, tenía un hermano también exiliado en Estados Unidos y activo militante del PC. También tenía una hermana que podemos suponer no estaba en las mejores relaciones con ellos, porque denunció a ambos como espías del gobierno del Pepe Stalin. Hanns era izquierdista, sí, pero no tenía militancia en ningún partido. Pero fue el primer perseguido por el Comité (HUAC, por su sigla en inglés)

Nunca pudieron explicar cómo hacía Eisler para insertar propaganda comunista en sus melodías realizadas por encargo, pero eso son pruritos de subversivos. El HUAC se caracterizaba por dejar hablar todo lo que quisieran a los testigos "amistosos" y por hacer callar, gritar, amenazar y negarles la lectura de discursos previamente escritos a los acusados. Exactamente igual que muchos programas políticos actuales.

A pesar de este comienzo insólito, posteriormente se dedicaron a acusar a productores, directores, intérpretes y, fundamentalmente, libretistas. No es casualidad que de los "Diez de Hollywood" que se negaron a testificar sobre sus opiniones políticas y fueron presos, 8 eran libretistas, como Dalton Trumbo. Otro era productor y el décimo, el director Edward Dmytrik, el único que se garcó y dio todos los nombres que el Comité quiso, por lo cual fue también el único que pudo seguir trabajando.

"A la hora señalada", un western anti marcartismo



Como tantas otras veces en la Historia de la Humanidad en que se establece un clima de delación generalizada, muchos cayeron porque apareció algún testigo que los señaló pero por celos, envidias o alguna que otra cuota pendiente. También cayó alguno que se llamaba parecido a otro o que una vez fue a una reunión del Partido medio de rebote. Inevitablemente, tambien persiguieron a muchos que, habiendo sido integrantes o simpatizantes del comunismo, se habían distanciado de ellos. Incluso, muchos años antes.

Con las posibles excepciones de Humphrey Bogart y Charles Chaplin, no hubo grandes estrellas acusadas, sino gente menos popular. Se dijo que cuando al director de la MGM -el estudio más grande en ese momento- se le amenazó de prohibir a Gene Kelly, la estrella más rentable de la gente del león, el propio Mayer dijo que si le hacían eso, él iba a contratar al propio Stalin para reemplazarlo.

Pese al intento de algunos comentaristas ultraconservadores actuales que quieren aprovechar el mucho tiempo que ha pasado desde aquellos hechos para cambiar la historia, las consecuencias de la caza de brujas en Hollywood fueron tremendas. Muchísima gente no se recuperó jamás de perder toda posibilidad de seguir trabajando en sus profesiones, se rompieron muchas familias y matrimonios y se agudizó el sesgo más conservador en las producciones de la época, ya que nadie quería ser señalado, con perlas delirantes como "Me casé con un comunista" (1949).   

Fue tan insólita la persecución a gente por sus ideas políticas antipáticas para la gente más reaccionaria del país, que muchos fueron inculpados por apoyar a la República Española (como lo hizo en su momento todo el Uruguay, con excepción del herrerismo), por realizar un par de películas favorables a la URSS en tiempos de colaboración de ambas potencias en la Segunda Guerra Mundial, o por apoyar a las políticas culturales de los gobiernos de F. D. Roosevelt, un presidente elegido democráticamente y nada comunista. Pobre Delano.

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SEAN LOS ORIENTALES TAN ENFERMOS COMO ESTÚPIDOS (XIII)

En el referido libro "El padrino", su autor Amado refiere a los éxitos electorales de Magurno: fue electo diputado cuatro veces, incluyendo en 2010 (con 80 años) en que prácticamente no ejerció porque se enfermó enseguida. Pero se olvidó de escribir sobre sus fracasos, especialmente en 1994 cuando se apoderó de la lista 123, la más importante del pachequismo (y en lo electoral, una lista conocida ayuda mucho) sacando a todos los que no fueran sus amigos. En aquel tiempo yo trabajaba ubicado cerca de Gerencia y todos los días aparecía gente preguntando por él. Todos le decían cosas como "en la Unión tengo 5000 votos para vos" o "allá en Toledo son 3000 que te votan".

De buena fuente sé que el tipo reconocía que Pacheco no le podía ganar a Sanguinetti (fue la última elección donde se presentaba más de un presidente por lema) pero que ellos iban a conseguir varios senadores. Bueno, en realidad la Unión Colorada y Batllista -el grupo del ya casi momificado Bocha- apenas consiguió un diputado y esa banca se la quedó la lista 321, llevando a Pacheco hijo en el primer lugar. Magurno sacó 3000 votos y monedas apenas y, por razones que ignoro, se imaginó que el Supremo Líder iba a apoyarlo a él en vez de a su propio hijo.

Ni hablar de la calentura. Pronto destinó a varios funcionarios de su confianza a buscar los datos de votos en los circuitos en la Corte Electoral. ¿Con qué intención? Buscar a todos los que le prometieron su voto (y a quienes les había dado trabajo en la Española, que nunca tuvo tantos funcionarios como en ese 1994) y ver si en ese circuito había habido algún voto para la 123. Me explico: no hay forma de saber a quién votaste exactamente vos (por suerte) pero sí en qué circuito lo hiciste y cuántos votos sacó cada lista allí. El tipo te perdonaba la vida si en ese circuito había por lo menos un voto para su lista, asumiendo que podía haber sido tuyo. Si no había ni uno solo, marchaste. Y hubo mucha gente que perdió su reciente trabajo por esa causa, incluyendo médicos. Por supuesto, los funcionarios que hicieron esa tarea la hacían pagados por la mutualista, no del bolsillo del interesado.

A partir de esos incidentes, rompió con su otras veces tan venerado Pacheco Areco y se pasó a Sanguinetti. Como suele pasar en los partidos tradicionales (que se empeñan en autodenominarse los únicos democráticos y republicanos) fue un cambio de agrupación por razones de lugares en la lista y similares. Nada de ideas o propuestas para la gente. Rápidamente se hizo ver la influencia de Julio María en la institución, incluyendo en una corta época en que se les dio por transcribir en las actas de las reuniones del Consejo Directivo todos los diálogos en forma literal, más de un Consejero aclaró que hablaba con el respaldo del doctor Sanguinetti -quien no tenía ninguna relación formal con la Española, ya que ni socio era- para que vieran que no era pavada.

Un portero que tenía el ambicionado horario nocturno -que tiene un 30 % adicional en el sueldo- fue encarado por Magurno en otras elecciones posteriores para ver si iba a trabajar para su campaña, pero el hombre le contestó que ya había arreglado con García Pintos (que estaba con Batlle y no con Sanguinetti), por lo cual le sacaron la noche. Y de yapa, marchó también su primo, asimismo portero. 

En los 15 años en que fue diputado, tengo entendido aunque no lo pude verificar totalmente, que nunca hizo uso de la palabra. Aparte de que era de los legisladores que menos iban al Palacio (y que deberían descontarle esas faltas como nos hacen a todos los trabajadores) pasó virgen de discursos en esos tres períodos. No sé, yo me imagino que si estoy allí aunque sea una sola legislatura, hablo una vez aunque sea para hablar bien de un amigo. Lo que es peor, muchas veces se dieron votaciones en que nuestro héroe no tenía ni idea donde estaba parado y así veías que cuando pedían los votos por la positiva, ahí estaban con la mano levantada todos los diputados del FA... y él. Hasta que algún correligionario (que no trabajaba en la Española, claro) le gritara: -¡Bajá la mano, tarado!

 
    

Comentarios

  1. Cuándo sale el libro de las andanzas de Oscar?

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  2. Pero qué bien que le salía armar planteles para el Federal! Capalbo, Mazzarino, Tree Owens, Moglia y Szczigielski. Sumale Páez, Abratanski, el Kiya Barrera, Carpio, Caneiro, Batista. Juntando a esos nenes no necesitaba hablar en el Palacio.
    (No todos ellos jugaron juntos).

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  3. En la próxima contaré por qué todos los laboratorios pagaron publicidad en la cancha de Welcome.

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    1. Descuento que está más cerca de lo que decía el Yayo González del segundo antidopping del Kiya Barrera que de los contactos que tenía por las compras de la Española.

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  4. Magurno es lo mas parecido que se puede permitir nuestro país a un Orson Wells? En todo caso, un "Ciudadano Rodríguez".


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  5. Y... Su adhesión a la secta Moon le hizo poner mucha guita en "Últimas noticias"

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  6. Cómo cada tanto se agita el fantasma del comunismo para asustar viejas. Ahora hasta importamos nazis para hacer esa tarea

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  7. No solo viejas. A la Shirley Ripoll la putearon varias bastante joven la noche de su proclamación.

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