Después de 35 años encontré al culpable

Hola amigos lectores, sean bienvenidos a mi columna de esta fecha. Hoy les traigo una historia verídica y fuerte.

En 2020, Steve Johnson estaba realizando una charla TED en la Escuela Kennedy de Harvard, donde asistieron muchos jóvenes con la esperanza de tener éxito y escuchar a esta persona que vayaa que lo logro.


¿Quién es Steve Jhonson?

Actualmente director ejecutivo de la empresa de tecnología “Notable Systems”, fue uno de los primeros inventores de Internet que logró el algoritmo de compresión de imágenes que fue utilizado por America Online (AOL) para ofrecer las primeras imágenes en línea allá por en 1993 (época en la que en Uruguay había un Lacalle de presidente). Ese fue el camino a lo que ahora se conoce como streaming multimedia. 

Después de que AOL comprara la empresa Johnson-Grace en 1996, Johnson dirigió el departamento de I+D (Investigación y Desarrollo) en AOL cuando se convirtió en la puerta de entrada de Estados Unidos al ciberespacio en los inicios de la era de Internet.

Después que Steve dejó la empresa en 1999, se dedicó a ser filántropo en la educación, emprendedor tecnológico e inversor y ha fundado empresas de personalización automatizada, extracción de datos y tecnología publicitaria y también con un enfoque las artes y los derechos LGBTIQ

Volviendo a ese día de la charla ted, Steve se fue a su hogar. Se encontraba sentado en su estudio con una foto en sus manos y mientras la miraba, una lágrima cae sobre la misma. Al recordar el evento le vinieron sentimientos de sus inicios y ahí se preguntaba: ¿Entre tantos jóvenes habría 2 hermanos juntos?  Mientras de fondo se escuchaba sonar un teléfono.

La foto que el miraba era el y su hermano Scott Johnson. Ambos nacieron y se criaron en Los Angeles. Ahí empezaron sus estudios y sueños. Steve obtuvo una licenciatura en Economía, también en el Instituto Tecnológico de la Universidad del Sur de California y un máster en Políticas Públicas en HKS (Harvard Kennedy School) en 1985.

Los hermanos Steve y Scott Johnson en 1988.

Scott, por su lado, estudió un doctorado de matemáticas en el Instituto de Tecnología de la Universidad de California y pudo completar ese doctorado en el instituto de Cambridge de Gran Bretaña. Ahí, a sus 26 años, se enamoró y con su pareja se fueron a Sidney (Australia) para hacer una vida juntos.


A Scott le gustaba hacer senderismo con su hermano mayor.

Pero a Steve le seguían llegando los recuerdos mientras seguía mirando la foto de las cosas buenas y las malas también.

El 9 de diciembre de 1988 vio que tenía un mensaje en su contestadora. Lo escuchó. Era la pareja de su hermano Michael, que le decía que le devolviera el llamado (se sentía en el aire a malas noticias). De inmediato marcó el número de la casa de Michael y del otro lado contestó el suegro de su hermano, cuando Steve le preguntó qué sucedía, la respuesta lo dejó paralizado:

“Scott está muerto, Michael está en la morgue identificando su cuerpo, no sabemos qué pasó”.

Steve estaba en shock por la noticia. Más tarde lo llamó Michael y él, entre llanto y voz desgarrada, le dijo:

“Scott había aparecido desnudo y sin vida al pie de un acantilado de 60 metros de altura en la zona de Manly, Sídney. La policía afirma que fue un suicidio”.

Steve, con sus 29 años, no lo pensó dos veces. Con el poco dinero que tenía compró un pasaje de avión y voló al otro lado del mundo para averiguar qué había pasado con su hermano.

Ya instalado en Manly, le permitieron hablar con un policía que empezó siendo muy amable y que expresó mucha empatía. Pero eso cambió cuando Steve era más incisivo en sus preguntas. Ahí el agente comenzó a impacientarse.


Dato complementario 

“Se estima que unos 80 hombres fueron asesinados por pandillas homofóbicas en Sídney a finales de la década de 1980”.


Continuamos

¿Por qué estaba desnudo?

¿Habría estado teniendo un encuentro sexual allí?

La billetera de Scott no apareció y eso era sospechoso.

El agente ante tantas preguntas se acercó y le dijo por lo bajo.

“Este es un lugar dónde el suicidio es mayormente de los homosexuales. ¿Usted sabía que su hermano era homosexual?”.

A Steve la evaluación del agente no le cerraba porque él y Scott eran muy unidos, sabía perfectamente de su orientación sexual y de su relación con Michael hace años y nunca hubo indicios de quitarse la vida. Él estába comprometido en su proyectos, que incluso eso mismo día de su muerte ya tenía la respuesta para su tesis de doctorado en Matemáticas.

Pero Steve se tuvo que volver así a Estados Unidos sin más respuestas que la versión oficial de suicidio, aunque le costaba mucho tuvo que seguir con su vida pero el recuerdo en ocasiones lo dejaba paralizado.

Como marcamos en el comienzo, a Steve en lo laboral le fue muy bien.

Siguió con sus estudios. En una clase, un profesor universitario le contó que George Lucas, el creador de “La guerra de las galaxias” que estaba ahí en el campus (¿andaría jugando con el sable de luz?), le  dijo que todos deberían estar pensando en la compresión de imágenes digitales para el futuro del cine.

Steve tomó nota y con un socio desarrolló un algoritmo para comprimir fotos que permitía enviarlas por internet de forma muy rápida y ahí empezó su éxito como marcamos al comienzo. 

El exitoso algoritmo desembolsó US$100 millones de dólares.

Pasaron los años y en 2005, Steve recibió una carta de Michael contando lo que había pasado con su hermano.

La carta tenía dos o tres artículos de noticias e investigación en otro lugar de Sídney, Bondi Beach, que también está rodeado por acantilados dónde se registró la muerte de tres hombres gays.

En esos lugares atraían a pandillas de adolescentes que odiaban a los gays para golpearlos y hasta en algunos casos, empujarlos al vacío.

El que realizó la investigación determinó que dos de ellos eran definitivamente ataques de odio hacia gays y el otro probablemente lo era.

En la descripción de una de estas muertes: lo encontraron completamente vestido al pie del acantilado y el investigador del caso dijo que estaba en un lugar donde hombres gays iban a encontrarse a tener relaciones sexuales con extraños en la cima de estos acantilados.

"Mi vida había estado patas para arriba años sin saber que le pasó a mi hermano y al leer estas historias de repente mi mundo se escribe solo estos artículos me dijeron lo que le pasó a Scott, él debió haber sido atacado y deben haberlo matado", concluyó Steve en su reflexión.

Después de esta lectura, llamó para comunicarse con la policía de Sidney y en especial con el investigador del caso para que volvieran a hacer la pesquisa, también llamó a la periodista que había escrito los artículos y ella le dio algunos consejos.

Pero no obtuvo ninguna respuesta del investigador y tampoco de la policía.

En 2006, Steve viajó a Sídney con su hija Emma, que tenía 17 años. En parte un poco a vacacionar y otro para conocer un poco mas las historias de los artículos de asesinatos que Michael le había contado en la carta.

Estando ahí, llegó a la conclusión de que su hermano no se suicidó.

Así que decidió contratar a John McNamara, un ex detective de la policía que le había recomendado, y a un periodista de investigación estadounidense llamado Daniel Glick, que voló a Sídney en 2007.


Pajaritos en sus niditos de amor

En su primera mañana allí, Glick fue hasta la zona del acantilado donde Scott había muerto y muy cerca encontró una planta de aguas residuales.

Por este acantilado cayó Scott el 8 de diciembre de 1988

Vio a un empleado y se acercó a preguntarles: ¿Trabajaba aquí desde hace tiempo? Sí, respondieron.

"¿Aquí venían hombres homosexuales en la década de 1980?"

"Todo el tiempo. Aquí hacían niditos de amor".

En su primer día, Glick confirmo que ese lugar era de encuentros gays y no de suicidios como decía la policía.

Glick se puso pillo, fue a la redacción del periódico, habló con la periodista que mantenía vínculo Steve, para orientarse a conseguir más fuentes de información. Pudo dar con un hombre llamado Sadie que había tenido relaciones sexuales en esa misma roca dos años antes de lo sucedido con Scott Jhonson.

Sadie le narró: "cuando me estaba poniendo las botas, el tipo me apuñaló por la espalda con un cuchillo”. 

Dan buscó esa historia y resultó que estaba en todas las noticias. La policía de Manly había detenido al autor, que fue declarado culpable. Y todo eso apareció en las noticias un año antes de la muerte de Scott.

Glick consiguió otro relato de ese lugar. Era como una especie de trampa amorosa donde invitaban a hombres gays a la cima del acantilado y luego las pandillas saltaban encima de ellos y les robaban y golpeaban.

Glick y McNamara estaban moviendo el avispero con todo los que hacían en Manly con la esperanza que el caso de Scott se reabriera, pero eso por parte de la policía nunca pasó.


Dos golpe duros

Pasaron los años y el equipo de investigación conformado por Glick y McNamara fue implacable al buscar respuestas. Eso hizo que Steve, que los había contratado, les pusiera el nombre de "Equipo Scott".

Y ese trabajo del llamado Equipo Scott tuvo sus frutos y finalmente en 2012 lograron que la causa fuera reabierta.

Steve junto a su esposa y el equipo de investigación se presentaron con el inspector en jefe de homicidios sin resolver, tenían la esperanza de que por fin se haría la investigación profundamente del caso de Scott al entregarle la documentación con evidencias al inspector. Él, friamente,  les dijo.

"Bueno, le entregaré esto a mi comité de admisión y lo evaluaremos".

"Pero sepan desde ya que hay 400 o 500 casos por delante del de ustedes, pueden pasar cuatro o cinco años antes de que lleguemos a ello".

"Nos quedamos estupefactos", dijo Steve.

Unos meses después, el investigador de homicidios sin resolver los volvió a llamar y se reunieron cara a cara con él para escuchar las noticias.

"Mi comité de admisión decidió que esto obtuvo un 0 en el índice de solubilidad. No tomaremos ninguna otra medida. Además, hablé con el investigador que estuvo en el caso en 1988 y dijo que esto no era un sitio de encuentros gay. Esto no fue un crimen. No hubo violencia y fue un suicidio".

Otro revés, pero el caso llegó a los titulares de los grandes medios nacionales por el cambio cultural que se avecinaba en Australia.

Los editoriales de los periódicos hacían referencia a la tradición histórica del país de dejar de lado a los gays y a la falta de justicia para quienes habían sufrido delitos de odio homofóbicos.

Con esa presión pública y un nuevo investigador, se preparó el escenario para una investigación casi sin precedentes.

El nuevo investigador era Michael Barnes y ordenó a la policía que volviera a entrevistar a todas las personas de interés y a finales de 2017 se descubrió que la muerte de Scott fue un homicidio por odio homosexual.

“Scott había sido asesinado por una persona o personas porque percibían que Scott era gay, fue un asesinato por odio a homosexuales y eso fue mucho más allá del homicidio”.

Los australianos tomaron conciencia de todos esos delitos de odio a los homosexuales en los años 80 y 90 y las historias empezaban a salir a la luz.

El nuevo investigador era Michael. Viendo esta situación se puso pillo y al año siguiente llamo a Steve para que regresara a Australia en el 30 aniversario de la muerte de Scott, para anunciar una recompensa de 1 millón de dólares australianos, unos US$750.000 dólares americanos (que en peso guaraní serían 19 millones). Esa recompensa ofrecía la policía a quien brindara información que condujera a la captura y condena del asesino.

Volviendo al comienzo

¿Se acuerdan de ese teléfono que sonaba mientras el miraba la foto de su hermano?

 Al contestar la llamada dijo "aló, residencia Johnnson, ¿en qué lo puedo ayudar?"

Repuesta: ¿Hablo con Steve Jhonson?

Sí.

Aquí le habla Michael Barnes de homicidios de Manly. Le comento que tenemos noticias sobre el caso de Scott, hemos recibió una carta anónima.

En dicha carta señala a un hombre como posible autor del crimen porque en dos oportunidades se lo había escuchado presumir que él de joven había sido parte de "palizas a maricones". Incluso recordaba cómo tras leer la noticia sobre Scott en el diario le había dicho que "el único maricón bueno es el maricón muerto", a lo que le preguntó: ¿Entonces fuiste tú quien lo empujó del acantilado? Su respuesta fue letal: "No es culpa mía que ese imbécil se cayera por el precipicio".

Por la plata baila el mono

Necesitaban que Steve regresará a Australia y anunciara su propia recompensa de 1.000.000 de dólares.

El plan era fácil: necesitaban un truco publicitario porque tenían un sospechoso y querían que el sospechoso hiciera algo.

Steve se subió nuevamente a un avión hacia Australia pero esta vez sabía que su travesía hacia el país canguro tendría buenos frutos. Al llegar se presentó con el Comisionado de la policía de Nueva Gales del Sur y anunció la propia recompensa de 1.000.000 de dólares.

Unas seis semanas después le llegó un correo electrónico a Steve. Era del comisionado en el que me invitaba a una reunión por Zoom y en la videollamada dijo: "Arrestaremos al sospechoso del asesinato de Scott el próximo martes".

Ese martes recibo un mensaje de WhatsApp con tres palabras: “Delincuente bajo custodia”. "Al fin el asesino de mi hermano fue capturado", gritó.

Su nombre es Scott White. Cuando cometió el crimen tenía 18 años. Su exesposa había sido la autora de la carta anónima enviada a la policía.

Ese sujeto había sido investigado por pertenecer a las pandillas homofóbicas en Manly y estaba en una lista de presuntos asesinos sexuales desde 2007.

En enero de 2022 estaba programada una audiencia en la que el equipo de defensa de Scott White quería cuestionar la evidencia.

Steve vuela nuevamente pero este viaje es de justicia. Ya en la sala del tribunal la jueza le estaba leyendo de qué se lo acusaba y sin dejarla terminar de hablar paso algo insólito cuando de pronto Scott White se levantó y gritó: "¡Soy culpable!"

La jueza le pidió silencio pero él gritó otra vez. "¡Soy culpable!" Y siguió interrumpiendo a la jueza. "¡Soy culpable!"

Palabras de Steve Jhonson: “Fue un momento impresionante, impactante y asombroso porque él me lo estaba diciendo”.

A mediados de junio de 2023, 35 años después de que Scott Johnson murió, Scott White fue condenado a nueve años de prisión.

Para Steve y su familia,  de cierta manera encontraron la paz al cerrar este hecho. Al fin habían encontrado al asesino de Scott y tenían algunas respuestas.


Steven escribió un libro de lo sucedido estos 35 años.



Ahora saben quién les quitó a Scott.

Lo que aún no saben muy bien es el por qué.

O si solo fue el odio de esas pandillas homofóbicas de los 80 y 90 en Manly Sidney.

Bueno, aquí el fin. Gracias por leer como siempre.

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