La Sincronicidad y la Trama de la Vida

Fernando Condon, capturado en una nota sobre música de compositores latinoamericanos. Fuente: ver.

Nuevamente nos ponemos pretenciosos e intentamos componer un ensayo Filosófico. Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.

Lambida… Perdón, la vida, puede ser vista como una intrincada danza de relaciones y eventos.

Frecuentemente nos presenta situaciones que parecen desafiar la mera causalidad (tal vez debería haber escrito casualidad).

Urdimbre cardíaca que se entrelaza con la trama de coincidencias, de manera tan precisa que nos llevan a cuestionar si hay un orden subyacente, un hilo invisible que conecta los puntos de nuestra existencia (¿será un hilo rojo?). Es en este espacio donde la sincronicidad, concepto definido por Carl Jung, y la circularidad, cual metáfora de la recurrencia y la interconexión, se revelan (¿no se rebelan, también?) como herramientas poderosas para comprender la complejidad de nuestra experiencia.

La anécdota que nos ocupa, con su intrincada red de conexiones entre una estudiante, su familia, y un antiguo profesor, podría ser un ejemplo paradigmático de sincronicidad. La hija de un ex director de la Orquesta Sinfónica del SODRE, para la cual mi abuela fuera modista durante décadas, se convierte en mi colega docente en la misma Heroica y Sacrificada Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. ¡Yastá! El hilo es rojo, porque qué es la URSSdelaR sino una tatucera del zurdaje comunaje tupamaraje homolesbocannabinoide cleptocorporatocrático vernáculo. ¡Bien, estimado lector! Ahora respire, por favor, que no pretendo provocarle una asfixia.

Esta serie de eventos, aparentemente inconexos, se revela como un tejido de relaciones que se entrelazan a lo largo del tiempo y el espacio.

La circularidad, por su parte, nos invita a reflexionar sobre la naturaleza cíclica de la vida. Al igual que las estaciones, las generaciones se suceden, y los roles se intercambian. La estudiante que un día ocupó un banco en algún salón de mis cursos, ahora se sienta a mi lado como colega. Este movimiento circular no es solo una metáfora, sino una realidad que se manifiesta en la historia de la humanidad y en nuestras propias vidas.

La sincronicidad y la circularidad se encuentran íntimamente ligadas. La sincronicidad revela los momentos en que la circularidad se manifiesta de manera evidente, cuando los hilos de la vida se entrelazan de forma inesperada y significativa. En el caso que nos ocupa, la sincronicidad actúa como un catalizador que nos permite vislumbrar la circularidad subyacente a nuestras vidas.

Pero ¿qué significado podemos atribuir a estas coincidencias? ¿Son meras casualidades o hay algo más profundo en juego? Jung sostenía que la sincronicidad era una manifestación de la conexión entre el mundo interior y el exterior, una señal de que estamos en sintonía con un orden más amplio. Desde una perspectiva filosófica, podemos interpretar estas coincidencias como una invitación a reflexionar sobre nuestra conexión con los demás y con el mundo que nos rodea.

La sincronicidad y la circularidad nos recuerdan que somos parte de un todo, que estamos interconectados de formas que a menudo escapan a nuestra comprensión. Al reconocer estas conexiones, podemos desarrollar una mayor sensación de pertenencia y propósito. Además, nos invitan a adoptar una perspectiva holística de la vida, donde las cosas no son simplemente lo que parecen, sino que están imbuidas de conexión, significado y significancia.

En el ámbito académico, esta experiencia me ha llevado a reflexionar sobre la importancia de las relaciones interpersonales y el impacto que estas tienen en nuestro desarrollo profesional. La sincronicidad ha revelado la continuidad de un legado, donde el conocimiento se transmite de generación en generación, y donde los roles se intercambian en un ciclo constante.

En conclusión, la sincronicidad y la circularidad son conceptos que nos ayudan a comprender la complejidad de la vida y a encontrar un sentido más profundo en nuestras experiencias. Al reconocer las conexiones que nos unen a los demás y al mundo que nos rodea, podemos vivir nuestras vidas con mayor plenitud y significado. La anécdota que nos ocupa es un recordatorio de que, a pesar de la aparente aleatoriedad de la vida, existe un orden subyacente que nos conecta a todos.

Para terminar esta nueva Historia, vamos a llamar a la Música.

Ya hemos hablado de Tool en otra entrada de TPLMP Blog. ¡Vaya, oh incauto lector! Le dejo el hipervínculo, Tirando la cadena.

“46 & 2” de Tool

Se podría escribir una eterna entrada entera solo para analizar el significado de este tema. Lectura recomendada: Tool Shed.

Se relaciona con los 46 cromosomas humanos (23 pares) y la teoría Jungiana. Algunas de las ideas detrás de esta canción se basan en las enseñanzas de Drunvalo Melchizedek.

Drunvalo, además de tener un nombre y apellido complicado de pronuniciar, reflexiona en una entrevista (Leading Edge, 12/95).

• Hay tres tipos de humanos totalmente diferentes en la Tierra, lo que significa que perciben la realidad Única de tres maneras diferentes, interpretadas de manera diferente.
• El primer tipo de humano tiene una composición cromosómica de 42+2. Comprenden una conciencia unitaria que no ve nada fuera de ellos mismos como separado de ellos mismos. Para ellos, solo hay una energía: una vida, un ser que se mueve por todas partes. Cualquier cosa que suceda en cualquier lugar está dentro de ellos también. Son como células en el cuerpo. Todos están conectados a una única conciencia que se mueve a través de todos ellos. Estos son los aborígenes de Australia. Puede que queden algunas tribus africanas así.
• Luego, está nuestro nivel, compuesto por 44+2 cromosomas. Somos un nivel de conciencia disarmónico que se utiliza como un trampolín del nivel 42+2 al siguiente nivel, 46+2 ... Estos dos cromosomas adicionales lo cambian todo.

Rachel Wells (eileen@loop.com) ha escrito este resumen excelente y moderadamente extenso de todos los conceptos Jungianos relevantes.

• Anima / Animus (pronunciado On-ee-mah): En la psicología Jungiana, el anima se refiere a los rasgos de personalidad considerados femeninos que a menudo se reprimen en el inconsciente de los hombres, mientras que el animus se refiere a los rasgos considerados masculinos que a menudo se reprimen en el inconsciente de las mujeres.
• Aunque suprimido de la conciencia consciente, el anima/animus influye en nuestro comportamiento de maneras poderosas. En la mayoría de las personas, se proyecta sobre personas del sexo opuesto y explica la experiencia de enamorarse de alguien que apenas conocemos. Como polo inconsciente del yo, el contra-ego representado por el anima/animus también puede ser una guía hacia el propio reino inconsciente. A menudo se experimenta como la presencia femenina (si eres hombre) o masculina (si eres mujer) que guía los sueños.

La Sombra

En la teoría de la personalidad de Carl Jung, el ego representa el sentido individual de ser personal. Sin embargo, el sentido de identidad personal se adquiere a costa de ciertas tendencias que se rechazan como “no-yo”. Según Jung, estos rasgos rechazados se unen como una especie de “contra-ego” inconsciente que él denominó la sombra.

Podemos sentirnos excesivamente ansiosos o irritados cuando estamos en un entorno o cerca de una persona que de alguna manera nos recuerda aspectos reprimidos de nosotros mismos. Si una persona ha rechazado su propio impulso sexual, por ejemplo, esa persona puede sentir miedo o ira irracional alrededor de un individuo abiertamente sexual. La sombra puede aparecer como una persona en los sueños de uno, generalmente como un individuo del mismo sexo.

De todos los arquetipos, la sombra es el más poderoso y potencialmente el más peligroso. Representa todo sobre nosotros mismos que tememos y despreciamos.

El significado de 46 + 2

Según Drunvalo Melchizedek, nuestro planeta está cubierto de “rejillas morfogenéticas” construidas geométricamente. Estas rejillas se extienden desde aproximadamente 60 pies bajo la superficie de la Tierra hasta aproximadamente 60 millas por encima de la Tierra, dispuestas en patrones geométricos (ver “Geometría Sagrada”). Cada especie tiene su propia red, que sustenta la vida y conecta la conciencia de su especie particular. Antes de que una especie pueda existir o dar un paso evolutivo, se debe completar una nueva red. Cuando una especie se extingue, la red de esa especie en particular se disuelve.

Se completó una nueva red en 1989: la red de la “Conciencia Crística”. Esta red permitirá a los humanos evolucionar a nuestra próxima versión. Desarrollaremos dos cromosomas adicionales (que son realmente “imágenes geométricas” diseñadas para resonar con nuestra red específica) para un total de 46 + 2.

El cambio principal será un cambio hacia la "Conciencia Unitaria". Cada célula de tu cuerpo tiene su propia conciencia y memoria. Tú, el ser superior que ocupa tu cuerpo, haces que los millones de conciencias diferentes de tu cuerpo trabajen juntas como un solo ser. ¿Cómo se relaciona esto con esta red? Piense en usted mismo como una célula y en la red como el ser superior. Todavía tendremos conciencia individual, pero estaremos unidos en la forma de un ser superior para trabajar como una sola entidad.

Evidentemente, los muchachos de Tool están todos majaretas… Pero componen música que suena realmente bien.

Este video, si bien no está en el canal oficial de la banda, tiene una animación sugerente y sugestiva.