El plan Valkiria - Segunda y ultima parte

Hola a todos, bienvenidos nuevamente por esta parte del blog.

Continuamos con la historia.

Una vez que Stauffenberg abandona el edificio para encontrarse con Fellgiebel y Haeften, espera que la bomba explote para poder dirigirse a Berlín. Mientras tanto, en la sala de conferencia alguien más toma el lugar de Stauffenberg y nota el portafolio en el piso muy cerca del borde de la mesa. Como le resulta incómodo por lo cerca del borde, lo empuja debajo de la mesa, lo que lo ubica detrás del tablón que sostiene este extremo de la mesa. 

Se acerca ahora el turno de Stauffenberg para hacer su presentación ante Hitler y como no regresa, el general Keitel sale a buscarlo, y se le informa que Stauffenberg se ha retirado apresuradamente. Un molesto y confundido Keitel regresa a la sala de conferencias. Stauffenberg, Fellgiebel y Haeften se encuentran a cerca de 200 metros, fumando al lado de su auto encendido y listo para partir mientras intentan verse lo más normales posible. 

Así era la ubicación de los individuos dentro del cuarto de mapas.

A las 12:42 PM, como lo atestiguan los relojes que se detuvieron como resultado de la explosión, se produce el estallido de la bomba que causa una escena descripta más tarde por un general alemán presente: "De repente, el cuarto de mapas se transformó en una escena de estampida y destrucción. En un instante un grupo de hombres que discutían eventos de impacto global, fueron transformados en heridos que se quejaban en medio del olor de lo quemado y los pedazos de papel que volaban, solo pude levantarme y lanzarme por la ventana".

Altos oficiales nazis junto al jerarca Hermann Göring (de ropa clara) inspeccionan el salón del atentado.


Así quedo la sala de mapas donde se realizó el atentado.

Los tres conspiradores intentan aparecer confundidos pero calmados, mientras miran constantemente hacia la cabaña. Esperan ver salir el cuerpo de Hitler, pero a la distancia y con la confusión reinante no es posible identificar claramente lo que ocurre. De repente sacan un cuerpo cubierto con la capa de Hitler, Stauffenberg ya tiene la información que necesita, ordena a su chofer que arranque y entonces recuerdan que en uno de sus portafolios llevan una bomba exactamente igual a la que acaba de estallar. 

Pero ya no hay nada que puedan hacer: cruzan el primer punto de control, van acercándose al segundo punto de control, pero para este momento el protocolo de seguridad ya se ha activado y les comunican que no pueden salir hasta segunda orden. Stauffenberg insiste, lleva un mensaje urgente de Hitler, el guardia confirma que no puede dejarlos salir. Stauffenberg exige que se llame a uno de los asistentes de Hitler, se comunica al asistente con Stauffenberg, entre ellos intercambian algunas pocas frases, Stauffenberg pone al teléfono al guardia y este recibe la orden de dejarlos salir. 

En cierto punto de la ruta ya en camino al aeródromo sacan la bomba del portafolios y la arrojan a un lado de la carretera. Despegan pasadas las 13 horas y aterrizan en Berlín a las 15:45. Stauffenberg se sorprende de que nadie haya ido a recibirlos. Haeften llama al centro donde se encuentran los conspiradores para reportar que Hitler ha muerto, cuando se aclara la razón por la que nadie los ha ido a recibir. 

El general Fellgiebel, parte de la conspiración y responsable por bloquear las comunicaciones desde la guarida del lobo, ha llamado unos minutos después de que Stauffenberg y Haeften despegaran. Es una llamada muy corta ya que sabe que la Gestapo está escuchando. El simple mensaje telefónico dice “Ha ocurrido algo terrible". A esto le sigue una larga pausa, tras la cual añade: "El Fuhrer está vivo", y termina así la llamada.

A las 13.50 se transmite la palabra “Golondrina”, que indicaba que la operación Valkiria debía ser ejecutada: no un simulacro. La transmisión es en clave por lo que debe ser decodificada, lo que toma más tiempo. 

General Erich Fellgiebel, encargado de las comunicaciones en la guarida del lobo.
Fue el conspirador que llamó para decir que Hitler no había muerto.

A las 14 horas se anuncia que, con el asesinato de Hitler, el ejército alemán toma control del país a través de un triunvirato, en que el Mariscal de campo Erwin von zleben es declarado comandante general de las fuerzas armadas, Ludwig Beck, cabeza de estado y Carl Friedrich Goerdeler canciller. Se transmite además el código acordado para que se proceda con las conspiraciones en Paris, Praga y Viena. 

En este punto hay muchas discrepancias en cuanto al orden de estos eventos: los conspiradores se siguen concentrando en el centro de comando donde se encuentran los cabecillas, uno de los involucrados describía la mezcla de ansiedad, expectativa, pero sobre todo la certeza de que son parte de un evento que los iba a dejar del lado correcto de la historia. 

Mariscal de campo Erwin von Witzleben, quien iba a ser declarado comandante general de las fuerzas armadas.


Carl Friedrich Goerdeler, quien iba a ser nombrado canciller



Ludwig Beck, quien iba a ser nombrado cabeza de estado

Incluso antes de que Stauffenberg aterrice en Berlín, Himmler ya cuenta con suficiente evidencia de que ha sido Stauffenberg quien puso la bomba, y ya está movilizando a sus fuerzas para arrestarlo. Cuando Stauffenberg finalmente llega al centro de comando, encuentra una bronca entre conspiradores como resultado de que el general Fromm, quien a lo largo del proceso siempre se mostró ambivalente respecto a la conspiración, se niega a firmar la orden Valkiria una vez que está claro que Hitler ha sobrevivido. 

Los conspiradores informan a Fromm que la orden para ejecutar Valkiria ya ha sido emitida, por lo que su aprobación ya no es requerida. Esto molesta a Fromm, que los pone bajo arresto. Al llegar Stauffenberg, que es un coronel y Fromm un general, le informa a Fromm que, al contrario de sus órdenes, es Fromm quien está bajo arresto. Lo que seguramente no molesto a este general ya que ahora tiene una coartada en caso de que todo salga mal, y a medida que pasa el tiempo, está quedando más claro que esto va a salir mal. 


Una foto de la película Valkiria de Tom Cruise con la aclaración de qué personaje interpreta a cada conspirador.

Mientras tanto, en la guarida del lobo en Polonia, Hitler no solo que ha sobrevivido sino que para la tarde ya va en camino a recibir a Mussolini. Debe enviar un claro mensaje a los conspiradores y a Alemania: aquí no ha pasado nada. Pero Hitler no entiende todavía el verdadero alcance de la conspiración al no encontrarse en Berlín, no sabe que su gobierno está en riesgo. 

A las 17:30 hs., Goebbels -ministro de propaganda alemán- quien se encontraba en Berlín y que según algunos historiadores estuvo a punto de ser arrestado, llama a Hitler para informarle del verdadero nivel y alcance de la insurrección, incluyendo que la orden para ejecutar Valkiria ha sido emitida. 

Hitler, rodeado de alguno de sus más cercanos colaboradores, tras el atentado del 20 de julio de 1944 en la guarida del lobo.


Hitler muestra a Benito Mussolini el estado en que quedó la sala de mapas donde se llevó a cabo el atentado.

Hitler ordena a Goebbels que emita por radio una comunicación urgente con todos los detalles de lo que está ocurriendo y que anuncie que más tarde Hitler personalmente emitirá un comunicado radial. A las 18:45, los alemanes escuchan la voz de Goebbels en sus radios: “El día de hoy se ha producido un atentado contra la vida del Fuhrer, utilizando explosivos, el Fuhrer no ha sufrido heridas mas allá de quemaduras leves y golpes menores, se ha reintegrado a sus tareas inmediatamente, recibiendo incluso al (Duce) Mussolini para una larga conversación”. En este punto la estación de radio simplemente regresa a su programación normal.


Joseph Goebbels - Ministro de propaganda nazi.

En el centro de comando de los conspiradores aquellos que han llegado a lo largo del día para participar en pasos siguientes, ahora empiezan a retirarse, el complot ha fracasado y ahora vienen las represalias. Los conspiradores principales no se retiran, saben que son fácilmente identificables y que no tienen donde ir. A las 22:50 en la antesala del centro de comando se escuchan gritos, “Por el Fuhrer” oficiales alemanes ingresan a la sala armados, exigiendo que se les explique qué ha ocurrido. Recuerden que quienes no fueron parte de la conspiración participaron involuntariamente al ejecutar Valkiria, sin saber que era un complot. 

Los ánimos se caldean, se producen disparos y Stauffenberg es herido en el hombro. Ingresa entonces el alto y corpulento general Fromm, que orgullosamente declara “Ahora señores yo soy quien hará a ustedes lo que planeaban hacerme a mí, están todos bajo arresto” Ludwig Beck el general retirado que ha sido parte central de la conspiración y quien hubiera ocupado la posición de presidente alemán si la conspiración funcionaba, pide a Fromm la cortesía de darle un arma. Fromm se la entrega y le dice hazlo rápidamente. Beck toma el arma y la dirige hacia su sien declarando “En momentos como estos, pienso en tiempos idos” Fromm lo interrumpe y le exige que se apresure, Beck dispara, pero solo se causa una herida superficial que lo ha dejado aturdido. Al darse cuenta, se pega un segundo tiro, que esta vez sí ingresa a su cabeza, pero no lo mata: cae al piso inconsciente y al cabo de unos instantes, pide a un sargento que lo remate. 

General Friedrich Fromm, fue quien mando fusilar a los 5 conspiradores la noche del atentado contra Hitler.

Con eso concluido, Fromm ahora se dirige al resto de los conspiradores: “señores si tienen cartas que necesitan escribir, tienen unos pocos minutos para hacerlo, empiecen ya”. Los conspiradores empiezan a escribir sus cartas mientras Fromm abandona la sala para organizar el pelotón de fusilamiento y decidir dónde serán ejecutados. Fromm esta muy apurado ya que sabe que los presentes lo pueden involucrar con la conspiración al haber estado al tanto de los eventos y no denunciarlos. Con sus muertes antes de ser interrogados salvará su propia vida a la vez que se muestra como un severo y convencido comandante. 

Los conspiradores son llevados a un terreno baldío contiguo al edificio de los conspiradores, en el que camiones del ejército iluminan la zona donde están a punto de ocurrir las ejecuciones. Fromm simplemente declara, en nombre del Fuhrer: "la corte marcial organizada por mí ha dictado sentencia, coronel Albrecht Mertz von Quirheim, General Friedrich Olbricht, el otro coronel cuyo nombre no será mencionado (se refiere a Stauffenberg), y el teniente Werner Karl von Haeften son condenados a muerte". Stauffenberg, débil como resultado de su pérdida de sangre, se ubica erguido frente al pelotón de fusilamiento y declara que él es el único responsable: el resto simplemente han seguido sus órdenes. 

General Friedrich Olbricht.

Teniente Werner Karl von Haeften - Ayudante de Stauffenberg.

Coronel Albrecht Mertz von Quirheim.

Coronel Claus von Stauffenberg.

Pasada la medianoche de una madrugada cálida y húmeda, en la que a la distancia se ven los relámpagos de una tormenta, los cuatro tiradores a cargo de la ejecución ejecutan su tarea. Olbricht es ejecutado primero, le sigue Stauffenberg pero en un último gesto de lealtad y desafio, Haeften se interpone ante las balas que iban a Stauffenberg y es también ejecutado. Le sigue ahora sí Stauffenberg, y finalmente Quirheim. De acuerdo con los presentes, las últimas palabras de Stauffenberg fueron “Larga vida para nuestra Alemania bendita”. Han muerto cinco de los conspiradores principales y estos valientes hombres que entregaron sus vidas en nombre de rescatar a su nación. 


Son apenas los primeros entre miles de hombres y mujeres que pagarán las consecuencias de este atentado al sufrir encarcelamiento, tortura y muerte. Por su parte, el general Fromm una vez más tal como se jactaba periódicamente, ha terminado en el bando correcto, al menos eso es lo que él cree. Por aquí termina solo una parte de esta historia, pero para más de cinco mil alemanes entre cómplices e inocentes el impacto de Valkiria acaba de empezar. 

Valkiria tiene un muy grave impacto en la situación de Alemania, no de la guerra ya que esta en realidad ya está perdida, aunque Hitler sea el único que piensa diferente. Pero Hitler, quien sabe que se salvó de milagro de este atentado, ahora de lo que sí está convencido es que sus generales no son solo poco capaces, son además traidores. El ejército alemán lo ha traicionado, pero por supuesto Hitler no puede tomar acciones contra toda la institución. Pero puede buscar a aquellos que han participado o no han reportado de que este atentado era inminente. 

Esto abre las puertas aún más a uno de los personajes más siniestros de la Alemania nazi: Heinrich Himmler, cabeza de las SS y la Gestapo. Ahora estará a cargo de cazar a estos individuos, lo que requiere que su poder se incremente incluso frente al ejército y al alto mando militar alemán. 

De aquí para adelante cualquier conducta extraña, cualquier insinuación de que la guerra está perdida, cualquier invitación a buscar una paz negociada será vista con sospecha. Hitler seguirá remplazando a sus comandantes con aquellos, lo suficientemente fanáticos y obedientes para seguir sus ordenes sin protestar. Por su parte, el ministerio de propaganda dirigido por Joseph Goebbels se asegura de repetir el mensaje, de que en su hora de debilidad un grupo de cobardes ha tratado de matar a Hitler, la esperanza de Alemania, el pueblo alemán cierra filas alrededor de su Fuhrer. Esto en realidad no era optativo ya que quienes discrepen con este mensaje arriesga a caer en manos de la policía política la Gestapo, lo que podría resultar en su muerte o desaparición. 

Heinrich Himmler jefe de las SS y la Gestapo


En la Madrugada del 21 de Julio de 1944, Henning von Tresckow general alemán quien a sido uno de los primeros y de los mas involucrados conspiradores, se entera de lo que le a ocurrido a Stauffenberg y al resto de los capturados y entiende lo que se le viene, sabe que ahora vienen los abusos el maltrato y reafirma su convencimiento de que han hecho lo correcto y que Hitler es el peor enemigo no solo de Alemania si no del mundo. Sabe además que en pocas horas estará frente a su creador para responder por lo que a hecho, así como por lo que no hizo. Unas horas mas tarde von Tresckow quien maneja una zona en el frente ruso, remueve el seguro de una granada y la aprieta contra su pecho. 

General Henning von Tresckow.

A miles de kilómetros de distancia Carl Heinrich von Stulpnagel comandante de las tropas en Francia e inmensamente involucrado en el complot, se dirige al hotel Raphael que alberga a los oficiales nazis, los encuentra en medio de una gran fiesta, el plan para controlar a las SS y la Gestapo en Francia ha sido un éxito y ya todos se encuentran en prisión. Los presentes celebran su éxito mas el hecho de que pronto estarán camino a casa. De repente alguien exige silencio, mientras atrae la atención de todos hacia la radio de la cual emerge una vos familiar, “compatriotas no se cuantas veces se a intentado asesinarme, si me dirijo a ustedes hoy es primero para que escuchen mi vos, para que sepan que me encuentro bien y sin heridas, segundo para que estén al tanto de un crimen sin par en la historia de Alemania, la afirmación de los conspiradores de que e muerto es refutada en este momento en que escuchan mi vos, un grupo muy pequeño de ambiciosos e irresponsables a la vez que inconscientes y criminalmente estúpidos oficiales, crearon un complot para asesinarme junto con el alto mando del ejército, respecto a mi e resultado ileso”. Hitler afirma que el grupo de conspiradores no esta conectado con el ejército alemán, pero sobre todo que no esta conectado al pueblo alemán, es un grupo minúsculo de criminales que van a ser aniquilados sin misericordia. 

General Carl - Heinrich Stulpnagel.

Stulpnagel escucha la transmisión completa sin dar muestras de emoción. Al poco tiempo recibe instrucciones de que debe regresar a Berlín, simplemente declara “La providencia ha decidido en contra nuestra”. Pide a su chofer que lo lleve a la zona de Verdún donde peleó en la primera guerra mundial, pide a su chofer que se detenga, baja del auto se dirige hacia unos arbustos a orillas del rio Mosa, y en un momento su chofer y su acompañante escuchan un disparo: se ha pegado un tiro, pero no ha logrado quitarse la vida. Sus acompañantes lo llevan a un hospital en donde le salvan la vida, pero queda ciego. Lo tratan para que recupere la salud para un mes más tarde ejecutarlo. 

Las historias de quienes escapan y se ocultan tratando de evitar lo inevitable son muchas y su escape es complicado, por el hecho de que la Gestapo no tendrá misericordia con quien sea que los ayude. Los capturados utilizan distintas estrategias, la más común negar el hecho de que han sido parte de esta conspiración, La evidencia circunstancial hace culpable a inocentes que pagan las consecuencias, sobre todo por que como ya se dijo mas de 6000 individuos entre civiles y militares participan en alguna medida en esta conspiración, y si a todo esto si se le suma a aquellos que estaban al tanto de que esto se estaba planeando pero que no lo reportaron, seguramente estemos hablando de mas de 10000 involucrados.

Finalmente le llega el turno al almirante Wilhelm Canaris jefe de la inteligencia del ejécito y quien conspira contra Hitler desde antes del inicio de esta guerra. Canaris a través de su personal de inteligencia ha estado al tanto de Valkiria, pero no ha participado. El 23 de julio de 1944 está desayunando con amigos cuando le anuncian que tiene dos visitantes, son dos ex colegas del servicio de inteligencia. Nadie necesita decir nada. 

Canaris no es llevado a una prisión sino a un centro donde tienen a oficiales sospechosos de haber participado del atentado contra Hitler. Como buen jefe de inteligencia, Canaris ha cubierto sus pasos cuidadosamente por lo que no es fácil demostrar su involucramiento. Pero para agosto ya tienen suficiente evidencia, tampoco necesitaban tener mucha para acusarlo de traición. Canaris pasa al estatus de prisionero del fuhrer, lo que quería decir que este individuo no tiene necesidad de un juicio y que su destino será determinado únicamente por Hitler, nadie más tiene derecho a decidir ni a favor ni en contra de este individuo o apelar lo que Hitler decida hacer. 

Almirante Wilhelm Franz Canaris.

Para este momento la cacería a cargo de la Gestapo avanza a toda velocidad y mas de 5000 personas de todos los niveles de la sociedad han sido arrestados y ejecutados, aparentemente el método preferido era el estrangulamiento utilizando cuerdas de piano, este método es utilizado por recomendación directa de Hitler. De los 5000 ejecutados seguramente alguno era participe, otros eran inocentes implicados por las circunstancias, pero según la Gestapo era mejor arriesgarse y eliminar algún inocente a dejar algún traidor suelto. Después de todo el mensaje principalmente es para el pueblo alemán, para que entiendan lo que ocurre cuando se conspira contra Hitler. 

Como parte de la investigación el nombre del Mariscal Gunther von Klugequien remplazó al General Gerd von Rundstedt como comandante de las fuerzas alemanas en el oeste de Europa, es mencionado como potencial conspirador. El día del atentado contra Hitler, Kluge se encontraba en el frente incapaz de regresar a su centro de comando y no se puede establecer su ubicación por algunas horas. Al reportarse esto a Hitler, se sospecha que Kluge estaba con los aliados planeando un cese al fuego aprovechando la muerte de Hitler. Esto, combinado con la actitud negativa de Kluge respecto al estado de la guerra, sigue incrementando la sospecha de Hitler. 

A medida que las derrotas en Francia se multiplican se ordena a Kluge que regrese a Berlín. Kluge anticipa que es una trampa y que va rumbo a su ejecución, en camino entre puestos de comando se suicida utilizando una pastilla de cianuro. 

Mariscal Gunther von Kluge.

El 14 de octubre de 1944 Erwin Rommel se encuentra en su casa recuperándose de sus heridas. Junto a él se encuentran además su esposa, su hijo y uno de sus ayudantes. 

Alguien golpea la puerta y al abrirla, la esposa de Rommel ve dos generales alemanes que la saludan amablemente y solicitan hablar con Rommel. Son llevados al estudio y se informa a Rommel de su presencia. Una simple inspección a través de las ventanas muestra un número indeterminado de soldados ubicados en posiciones estratégicas. Esta no es una visita rutinaria, Rommel y los dos generales se reúnen en el estudio por unos minutos. Al salir, Rommel informa a su esposa y a su hijo que solo cuenta con unos minutos para despedirse, en un momento partirá junto a los dos generales y es la ultima vez que lo verán con vida. 

El ayudante de Rommel sugiere pelear, Rommel lo calma, es inútil, y solo resultará en la muerte de su familia. Rommel se uniforma con su chaqueta del Afrika Korps y toma su bastón de mando. Besa por última vez a su esposa, extiende la mano a su hijo y a su ayudante, abandona la casa y sube al auto en que se encuentran los generales Wilhelm Burgdorf y Ernst Maisel. Estos señores han venido de parte de Hitler para comunicarle a Rommel que ha sido juzgado y encontrado culpable de haber apoyado Valkiria. Esto lo saben ya que otros conspiradores han mencionado su nombre, sin la menor duda bajo tortura. En este ejemplo fuera de lo común de cómo se realizaron estos juicios, al sentenciado simplemente se le comunica la sentencia inapelable. 

Mariscal Erwin Rommel.

Pero Erwin Rommel es distinto, héroe alemán, objeto de propaganda tanto alemán como aliada, sin duda uno de los generales alemanes más famosos, queridos y reconocidos. Al pueblo alemán le sentaría muy mal descubrir que en realidad era un conspirador. Por esta razón, Burgdorf y Maisel han venido a presentarle tres opciones: 

Primera, podría optar por defenderse personalmente frente a Hitler en Berlín. Por supuesto es una defensa a puerta cerrada en la que nadie se enteraría de los detalles y sin duda el resultado sería el mismo. 

Segunda, puede enfrentarse al tribunal popular, lo que también hubiera equivalido a una sentencia de muerte. Esta opción viene además con la amenaza implícita de que a lo mejor en el proceso de investigación van a concluir que su esposa y su hijo podrían estar involucrados, por lo que les espera la prisión o la muerte. 

Tercera, puede simplemente optar por suicidarse. En ese caso, el gobierno afirmará que murió como resultado de las heridas sufridas en Normandía de las que nunca se recuperó. Su familia será dejada en paz, lo enterrarán con todos los honores militares y su familia recibirá sus pagos de pensión completos. 

Para que no quede duda de qué opción prefiere, Burgdof saca la cápsula de cianuro y se la entrega a Rommel. El 14 de octubre de 1944, sentado entre dos generales alemanes, Erwin Rommel muere tras morder la capsula de cianuro. La evidencia en contra de Rommel siempre fue más que circunstancial y si haber discutido planes para derrocar o eliminar a Hitler requería ejecución, entonces miles de oficiales alemanes de todos los niveles debieron ser ejecutados. 

En todo caso, Rommel para este momento se ha vuelto un personaje incómodo para Hitler y como von nunca fue muy querido por todos (me refiero al título prusiano que identificaba a las familias de estirpe militar) se vio como una oportunidad para deshacerse de él. 

Erwin Rommel con su uniforme de Afrika Korps.

Funeral de Erwin Rommel.

Funeral de Erwin Rommel, héroe Alemán.

El comunicado oficial alemán respecto a la muerte de Rommel afirma que ha muerto de un ataque cardiaco, sumado a una embolia cerebral, una complicación de las fracturas de cráneo que había sufrido en el ametrallamiento anterior de su vehículo oficial. Hitler ordena un día oficial de luto en conmemoración de la muerte de este querido comandante. Rommel recibe un funeral de estado, pero se celebra en Ulm en lugar de Berlin, respetando los deseos de Rommel. Gerd von Rundstedt, ignorando los detalles de la muerte de Rommel, asiste al funeral representando a Hitler. 

Los eventos de Valkiria afectan la situación en Alemania, pero también en otros teatros de operación. La derrota de Alemania está cerca y eso, aunque Hitler no quiera, se puede sentir.

Hasta la próxima y gracias por seguir esta columna.

Comentarios

Publicar un comentario

Antes de publicar, piense si su mensaje puede llegar a herir a alguien. Gracias.