Tautología

 Si usted ha visto "Taxi Driver", hay una tautología inherente en su mensaje. No podemos empatizar con este personaje desgarrado, agresivo y disfuncional. Sin embargo, las pasiones que lo atraviesan son intemporales y familiares. Nada ha cambiado, excepto que aquel musculoso De Niro es hoy un veterano, y yo también.

La película, escrita por el aclamado Paul Schrader, comenzó como la decantación de sus propias vivencias durante un turbulento momento de su vida, en el cual se dedicó a recorrer las calles de Nueva York y Los Ángeles por la noche, buscando nuevas experiencias y una realidad alternativa a la vida mundana. Nacido el 22 de julio de 1946 en Grand Rapids, Michigan, Schrader creció en una familia calvinista estricta que le prohibía ver películas, lo que paradójicamente despertó su interés por el cine. Tras estudiar teología, decidió cambiar de rumbo.

Paul Schrader, Scorsese y De Niro juntos.

Vietnam había terminado y el ánimo no era el mejor; tampoco la economía, ya que la crisis del petróleo había sacudido el mundo entero. Nueva York vivía una huelga de basureros durante el rodaje de la mítica película dirigida por Scorsese, lo que se puede apreciar en las montañas de basura sin recoger en las calles. Los políticos se retratan como cínicos y corruptos, y el protagonista no reconoce su propio país después de haber peleado en la guerra. Los hippies fueron sustituidos por un nuevo movimiento, diametralmente opuesto ideológicamente: una de las primeras “performances” políticas de estos grupos fue plantarse frente a la embajada soviética y lanzar hamburguesas de McDonald's. ¡Qué rápido se pasa del amor al odio!

En Inglaterra, la situación no estaba mucho mejor. Para esa época ya sonaban unos acordes básicos, desafinados y repetitivos por parte de un grupo de tipos con peinados mohicanos, un estilo que se había popularizado entre los soldados estadounidenses en la guerra cuando iban a realizar una misión suicida. Este grupo se llamaba "The Clash", y seguro que usted, lector, alguna vez ha cantado a viva voz el Should I Stay or Should I Go.

Travis con su Mohawk.

Más allá de aquellos hits que dilapidaron los esfuerzos de la banda por defenestrar la cultura mainstream, volviéndose himnos radiales, The Clash tiene una canción basada en "Taxi Driver". La canción se llama Red Angel Dragnet y el estribillo simplemente repite:

¿Quién disparó?

¿Quién recibió el disparo?

Básicamente, habla de uno de estos personajes de la vida real, que no encuentra cobijo en una sociedad que no quiere dar cobijo a nadie, que es una selva y que genera, de vez en cuando, personas dispuestas, por desesperación, a matar por no poder vivir.

¿Por qué será que el mundo está como está? Una cosa es segura, no es por falta de idiotas. Es por falta de voluntad política, de quienes tienen más tiempo para reflexionar sobre estas cosas. Es por esa misma falta de voluntad que el trabajador de todos los días cada vez puede aspirar menos a ser mejor, comparando los precios del pan de molde que puede permitirse para que sus hijos merienden. Y luego, en nuestra miseria personal, cotidiana, intentamos ser felices a pesar de todo esto. Habrá que hacer muchas horas extra para aspirar a un futuro mejor, pero quizás en el proceso perdamos algo más importante que la calidad del sustento de nuestra amada prole.

El miedo es una energía muy poderosa; por eso nos sometemos voluntariamente a esa experiencia de manera controlada, en un cine o un parque de atracciones. Los políticos lo saben, los jefes lo saben y los niños lo sufren. Pero el terror, que es una forma descontrolada de miedo, nos transforma. Nadie vuelve a ser el mismo después de experimentar el horror. Así que la próxima vez que lea en un tagline de alguna película: “la experiencia más aterradora hasta el momento” o alguna patraña similar, recuerde: el miedo pasa, del horror se sobrevive.