Ganar en la derrota

El entrenador argentino Juan Lofrano siempre recalca que podemos perder en la victoria o ganar en la derrota. Para graficar esto, plantea que si en primera vuelta perdemos contra un equipo por 50 y en la segunda perdemos por 31, a fin de cuentas en el segundo ganamos por 19 respecto al primero.

A su vez, el resultado de un partido puede indicar que anotamos más puntos que el rival. Ganar según indica el reglamento. Ahora, si para ello debimos atentar contra el espíritu del minibásquetbol, alineando únicamente a nuestros mejores jugadores en lugar de brindar igualdad de oportunidades a todos los jugadores, ¿cómo podemos decir que no perdimos en la victoria?

Habiendo aclarado esto, el pasado domingo 21 en el gimnasio de Chucarro se midieron a las 12:15 los equipos U14 de Trouville Rojo y Yale. El desenlace del partido fue consistentemente favorable a Yale, salvo una remontada de 12 puntos a favor de Trouville entre los últimos 2 minutos del primer tiempo y los primeros 5 del segundo.

Después de realizadas las rotaciones de mitad del tercer chico, Yale logró recuperar la tendencia favorable que supo explotar durante los restantes 15 minutos.

A las pruebas me remito.

La gran victoria relativa de Trouville Rojo no está en la comparación de diferencias de puntos con otros partidos. Viene en su actitud de cara a la derrota. A su vez, no es un logro colectivo sino individual. Parece poco, pero me hizo muy feliz ver este cambio. Tal vez el cambio sea necesario hacerlo de a un jugador a la vez.

En la pasada entrega titulada Los todavía no, contaba cómo el jugador Joaquín Cabanelas, apesadumbrado por la frustración de ir perdiendo el partido por 20 puntos, podría haber agredido a un rival de Urunday Estudioso (aunque el reconocido árbitro Gonzalo Salgueiro que se encontraba cerca de la jugada no lo advirtió) y luego retó a pelear a otro rival que encontró en su camino, siendo retirado del partido por su entrenador. La pregunta que le dejó para pensar hasta la práctica del día siguiente fue: "¿qué ganaste y qué perdiste con tu actitud?", aclarando que pretendía cerrar el partido con él en cancha.

En esta ocasión se vio al jugador molesto con las condiciones de la derrota, pero capaz de ser un gran colaborador en la breve pero eficiente remontada de su equipo. A su vez, en los minutos de tendencia negativa, logró evitar canalizar su frustración hacia sus rivales o tener reacciones violentas.

Su equipo necesita que en lo que resta de temporada sea un líder anímico y deportivo. Parte de ese trabajo es mantenerse concentrado en lo que importa del partido, evitando salir del mismo por reacciones antideportivas. Este fin de semana Joaquín le ganó por goleada a su versión de la rueda de clasificación. Gracias a esto, fue felicitado por su entrenador y por mí al finalizar el partido.

Dejo las estadísticas del partido, pero ante la victoria personal de Joaquín, esto parece anecdótico.

Estadísticas de Trouville.

Estadísticas de Yale.

Comentarios

  1. Es otro deporte nadita que ver, pero en infantiles y juveniles de Vaimaca Rugby de Salto cuando ayudaba a los coachs usábamos una frase: "Juega rugby y haz amigos... los resultados pasan, los amigos permanecen". Este botija está aprendiéndolo y llevándolo a la práctica super rápido. Buen laburo che y la columna un gol... digo, triple.

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    1. Cuesta, pero hay que enseñarles a perder y también a ganar. Esta semana un guacho del A (que no es de los más convocados y promedia pocos minutos y puntos) se puso a sobrar a un rival que erró una bandeja. Bruno, el coentrenador de estos botijas tuvo que pararse a explicarle que no es lo correcto y luego lo repitió para todo el equipo en el próximo minuto.

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  2. Grande Ale, con gente noble como ud, cobijando a esos gurises todo puede salir bien, después de todo las nubes pasan y el azul queda.

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  3. Ale, no sé si te halaga esto pero me hiciste acordar al Negro Dolina y su insistencia en el valor del juego por sí mismo. Tiene un breve relato donde un demonio le ofrece al ruso Salzman la posibilidad de ganar siempre y el tipo solo quiere jugar chinchón, no sabe si quiere ganar, tampoco es que quiera perder. Él solo quiere jugar.
    Bien por Joaquín, por su entrenador, por sus compañeros y bien por vos.

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    1. Yo creo que nos alaga a ambos Ales.
      Ganar es lindo, no lo voy a negar. Pero jugar es divino. A lo que sea. Y en este caso, aprender a perder es aprender a vivir. Porque como dijo un programa que hubo una vez en el dial nacional (y peñarol): "para perder está la vida".

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