El precio de la eterna juventud

"Con tu cara bonita"

 (Gerardo Nieto, Karibe con K).


Ay, ay, ay, el precio de la belleza. Los seres humanos, tanto femenino como masculinos, no admitimos el pasar del tiempo ni el deterioro que eso nos va dejando y para contrarrestar el ciclo natural de la vida, ¿qué hacemos?

Recurrimos a los profesionales en belleza estética que son lo más rápido que nos pueda llevar a lo que pretendemos, y a veces sale bien y otra veces sale mal.

Tal como le sucedió a la Lyn May.
¿Quién es ella? Bueno, se las presento.

Lyn May es una vedette, bailarina, cantante y actriz mexicana con descendencia china (¿alguien conoce a esos chinos?) nacida el 12 de diciembre de 1952 en Acapulco, Guerrero. Su nombre real es Lilia Mendiola de Chi.

Alcanzó gran popularidad en las décadas de 1970 y 1980 como una de las figuras más destacadas del cine de ficheras y el espectáculo nocturno en México.

Así lucía Lyn May en su juventud y sin retoques estéticos.

Además de su carrera como bailarina exótica, Lyn May participó en diversas películas y programas de televisión, consolidándose como un ícono de la cultura popular mexicana.

Lyn May se ha caracterizado por ser una mujer polémica y liberal, siempre con una sonrisa en el rostro y actitud positiva.
Pero sus comienzos en la vida no fueron brillosos sino de violencia y abusos.

A los 6 años de edad se vio en la necesidad de salir a buscar la chamba para colaborar en su casa. Arrancó vendiendo de todo, particularmente collares y ropa que su propia madre confeccionaba. También hacía movimientos con la panza a los turistas como para que le dieran dinero para llevar a su hogar.

Al ser la mayor de cinco hermanos, asumió el rol de proveedora, mientras su madre Alejandra se quedaba en casa a cuidar a los otro cuatro hijos. ¿Se preguntarán por el padre? Sí, estuvo pero solo para poner violencia en el entorno familiar.

El recuerdo que más la marcó de esa etapa en la vida de Lyn May de la gente fue el abuso cometido por parte de la pareja de su abuela. May relata que cuando su abuela la cuidaba y ella se distraía, él aprovechaba para manosear sus partes íntimas. Por desgracia eso se convirtió en una rutina diaria por muchos años.

La historia de abusos siguió y a los 13 años ya ella trabajando en una lonchería en la región de la Costa Grande (Acapulco, México). Conoció a un marinero de 42 años recién llegado al puerto que con chamullos elegantes (cantaba el potro Rodrigo) ganó su confianza. Al mes la convenció de ir a la Ciudad de México, cosa que Lyn aceptó.

Al llegar a la capital, el hombre la violó en un hotel. Lyn logró denunciar al sujeto y las autoridades lo detuvieron. No obstante, el padre de Lyn obligó al violador de su hija a responder por sus actos y casarse con ella.
Cosa que no se puede entender: la casaron con su violador.

A partir de eso fueron 3 años de violencia física y sexual que se volvió una constante, aun estando embarazada con solo 14 años de edad.

“Eso me pasa por andarme metiendo con chamacas idiotas”, l
e gritó el marino la primera vez que Lyn se negó a tener relaciones sexuales.

Estando embarazada, el hombre le daba patadas para provocarle un aborto pero ella dio a luz igual y al poco tiempo Lyn May volvió a quedar embarazada, solo que esta vez no estaba dispuesta a soportar maltratos. Así que tomó a su hija recién nacida y abandonó el hogar regresando a Acapulco con su madre y terminando una vida de violencia, al menos hasta ese momento.

¿Y cómo o cuándo empezó su camino a la fama?

Al regresar a Acapulco, empezó a trabajar como bailarina en el cabaret “El Zorro”(En su corcel, cuando sale la luna, aparece el bravo zorro, cantaban, jaja). Ahí logró destacar por su talento arriba de los escenarios como bailarina pero también por su hermosura.

Su vida cambió cuando fue contratada para trabajar como bailarina en el centro nocturno “Tropicana”(seria el Tropi de acá), ubicado en Acapulco. Ahí conoció al comediante y actor mexicano Germán Valdés,“Tin Tan”. Él la eligió para alternar con él una serie de sketches cómicos.

Ahí empezó su carrera con actuación en casi 100 películas, obras de teatro, series y shows donde ella cantaba. Todo eso fue "en una carrera artística de 50 años". El 50, un número que se repite en la vida de Lyn.
¿Por qué?

Lyn May siempre fue hermosa pero tenía el síndrome gerascofobia, que significa miedo a envejecer" (esto lo googleé y lo encontré) y eso la llevó a realizarse 50 cirugías.  Pero solo una fue la que le deformaría su rostro.

Aquí ella nos cuenta cómo fue eso:

“Estaba yo en el Tropicana de la Zona Rosa cuando llegan dos mujeres, muy cariñosas. Tú sabes cuando quieren algo te bajan el cielo: ‘Tú estás jovencita, pero si te haces los pómulos un poquito más grandes te vas a ver mejor y te vamos a poner tantito en la barbita y vas a quedar como reina’ y ahí está la babosa dejándose inyectar aceite”, reveló Lyn May.

La actriz conto que fue una etapa muy difícil en su vida y "pensó seriamente en quitarse la vida". El aceite que le inyectaron era de bebé y con el pasar del tiempo le causó una deformación y infección en su rostro.


“Después yo sufrí muchísimo, muchísimo,  llegó el momento en que me quise matar, no me quería ver en un espejo. Muchas veces cuando me veía en el espejo decía '¿Por qué?' Lloraba, ya no quería vivir. Y así estuve durante un mes encerrada, no quería salir no quería nada”.

Pero por suerte cambió su postura y enfrentó lo sucedido y buscó la forma de arreglar su rostro, aunque eso la llevó a ser duramente criticada por el visible cambio de apariencia en su rostro, resultado de malos procedimientos estéticos.

¿Qué sabemos de ella actualmente?


Tiene 71 años, se ha convertido en una artista bizarra en los medios de comunicación con polémicas declaraciones (a la Lyn May de la gente le gusta salir más en TV que comerse unos ricos tacos y beber tequila).

La frutilla de la torta fue cuando tenía 68 años: llegó a inventar que estaba embarazada de gemelos, hecho que desmintió al poco tiempo.

Y así paso otra historia real del costo de la belleza artificial.

Una reflexión para terminar:

"Aceptémonos, seamos nosotros mismos y que al mirarnos al espejo nos llene de orgullo de ser como somos".

(La reflexión no aplica al verse al espejo a las 5 de la mañana antes de ir a la chamba).

Comentarios

  1. Y si no nos aceptamos, siempre está la opción del pacto con el maléfico, jeje

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  2. ¿Esta no es la q aparece en el.video de Plastilina Mosh?

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    1. no sabria decirte si ella sale en ese video
      pero yo la conoci en un video musical de Mon Laferte llamado (si tu me quisieras)

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  3. Pasé a saludar y de paso afirmo... ¡Qué gran adjetivo es "bizarro"! Gracias por usarlo, Señor.
    Sobre la publicación, sólo decir que le puso nombre a esa persona de la que cada tanto recibo "pop-ups" de "noticias" cada vez que abro un explorador de internet. Ya puedo dormir más tranquilo.

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    1. Cuando busque mas infomacion de ella
      fue muy famosa en sus tiempos con varias peliculas y obras

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  4. De paso, nuevamente... Ustét habla del "precio de la belleza" y no puedo sino recordar aquél adagio que se le atribuye al infanteño Francisco de Quevedo (Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, ¡joder!) quien en el siglo XVII escribió “sólo el necio confunde valor y precio”.

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