Estamos cansados. Estamos hartos, agotados o, en la versión más oída por estos lares, estamos podridos. Nos metemos en Netflix y ya no hay nada que ver, nos tiene cansados. Nos levantamos temprano para ir a trabajar y estamos cansados. Hace frío en invierno y calor en verano, y eso nos tiene cansados.
Byung-Chul Han es un filósofo y habla del cansancio. Dice que construimos una sociedad de gente cansada de sí misma, autoexplotada. Consumimos lo que nos harta. Este autor, que hace unos años logró la notoriedad pública por su peculiar forma de hacer y pensar la filosofía con sus enunciados claros y pesimistas, nació en Seúl, Corea del Sur, en 1959. Comenzó sus estudios superiores, pero luego se cansó y decidió dar un giro a su vida, emigrando a Alemania y mintiendo a su familia el propósito de dicho viaje. Como él mismo contaría en una entrevista: “Al final de mis estudios [de metalurgia] me sentí como un idiota. Yo, en realidad, quería estudiar algo literario, pero en Corea ni podía cambiar de estudios ni mi familia me lo hubiera permitido.”
Parece ser que en Corea del Sur el estatus social es muy importante, por lo cual las familias y el sistema educativo generan una enorme presión sobre los jóvenes, presión que muchas veces es liberada simplemente autoaniquilándose. El problema es serio, tanto como en nuestro país.
Byung-Chul Han esperando |
"Víctima y verdugo ya no pueden diferenciarse. Esta autoreferencialidad genera una libertad paradójica que, a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia. Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica. "
En criollo, somos nosotros mismos los que nos obligamos a cumplir con obligaciones autoimpuestas pero heterodirigidas y difundidas por las redes sociales. Esto me lleva a dos cosas que me han hartado muchísimo.
Los spots de campaña, por un lado, omnipresentes, serializados, huecos, pero omnipresentes. La otra, que posee las mismas características, fue una canción que era eso: un mensaje sin sentido repetido millones y millones de veces hasta que ya no sabemos que no nos interesa y terminamos integrándolo sin cuestionamientos: el Gangnam Style.
El del Gangnam |
Esta canción fue el furor del 2012. Una floreciente plataforma llamada YouTube registró la friolera de 5.000 millones de vistas y registró a diario 19 millones en el año de su debut. El creador de este fenómeno sociológico fue un tal PSY. Park Jae-sang, su verdadero nombre, nació también en Seúl, pero en 1977, en el distrito acomodado de Gangnam. Estudió música y, al primer intento, vino el éxito internacional, y con él, el furor y el hartazgo por partes iguales. A su ya opulento estilo de vida se le sumaron millones de dólares, la fama y todo eso. Hizo que en todos lados del mundo, en fiestas y casamientos, la gente repitiera la coreografía icónica como zombis, sin entender una sola palabra de lo que acompañaba nuestro estúpido movimiento corporal.
Enseguida pienso en las palabras de Han, que pregona que el librepensador se ha extinguido dada la falta de tiempo. El que piensa necesita tiempo de inactividad, y eso no le sirve al sistema. El ritmo de vida acelerado se revela como medio de dominación, ya que elimina la reflexión y te permite bailar con gestos de jinete imaginario bajo la hipnótica melodía de unas letras en coreano.
La espera es un espacio en nuestras vidas, y existen personas en constante acecho de ese tiempo, para quitárnoslo y con ello la posibilidad de la reflexión. Las redes, lo que hoy llamamos “contenido”, no es tal. Es propaganda, negocio, miedo y deseo.
Mejor dejo este contenido por acá, estoy realmente cansado.
Qué grande el Chul, uno de los pensadores contemporáneos más importantes. Por su prédica, lamentablemente lo suelen agarrar los coachs ontológicos y sus libros suelen ponerlos al lado de los de Osho y los de Paulo Coelho, cuando, si leen bien, se darán cuenta de que no tiene nada que ver. Se le puede entrar por "La Sociedad del Cansancio, su obra más conocida.
ResponderBorrarPara mí supera a Foucault en el tema del disciplinamiento: mientras Foucault lo pone en la fábrica, la escuela y la cárcel, (externo y pasible de rebeldía), Byun lo pone dentro de cada persona (interno y alienado con pocas posibilidadesde rebeldía). Un logro del capitalismo tardío que vuelve la cosa muy sombría.
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