En estos tiempos modernos han comenzado a proliferar las botellas de vino con tapa rosca, lo que ha generado en toda la industria y, sobre todo en los consumidores, un debate no menor.
El corcho, producido con la corteza del
alcornoque, no solo ha sido durante más de tres siglos el método más eficiente
para sellar una botella de vino, sino que se ha convertido en parte fundamental
del momento de su consumo. Todo vinero siente algo especial al descorchar
una botella, sobre todo estando acompañado es algo así como un honor ser el
encargado del descorche en una reunión.
Desde la época de los romanos el tapón para
los envases en donde se guarda vino ha sido tema de estudio. En aquella época no
se conocía ni el corcho ni el vidrio, por lo que el vino se almacenaba en barricas
y ánforas que se tapaban con trozos de madera envueltos en telas embebidas en
aceite de oliva, o simplemente se sellaban con barro.
Estos sistemas eran bastante deficientes
por lo que el vino terminaba pudriéndose o quedando en malas condiciones para
su consumo, solo para valientes, digamos.
No fue hasta 1670 que se reconoce la aparición
del corcho, hecho que se le atribuye a un monje francés de nombre Pierre
Perignon, en cuyo honor se produce hasta nuestros días el champagne Dom Perignon
que, a modo de información, pueden encontrar en nuestras tiendas del ramo por
valores entre los USD 300 y USD 550, dependiendo de la añada y otros detalles.
En uno de sus viajes por España, nota que los peregrinos tapaban sus cantimploras con este material y comienza a hacer pruebas hasta lograr la combinación necesaria entre la resistencia del vidrio y el hermetismo que le ofrecía el corcho, como para establecerlo como el tapón definitivo para sus botellas de espumante.
El corcho contiene una gran cantidad de
aire por lo que lo hace un material flexible. Al colocarse en el cuello de la
botella se expande y genera un cierre hermético que evita que se pierda líquido.
Por otra parte, cumple con una parte muy importante en le proceso evolutivo
del vino: permite la microoxigenación. Esto permite que, aunque la botella
esté totalmente sellada, haya intercambio de aire con el exterior y que el vino
siga evolucionando dentro del envase.
Veremos más adelante que hay vinos que se
deben tomar casi que en el año de su producción, sin embargo hay otros que se
pueden guardar durante muchos años, respetando algunas normas básicas. Deben guardarse
en un lugar oscuro, húmedo y fresco, en lo posible con temperatura constante
durante todo el año, y las botellas deben estar acostadas.
El vino en contacto con el corcho elimina
el espacio de aire que queda cuando la botella está parada y tiene microcontacto
con el exterior, por lo tanto, como dije, continúa su evolución. Un vino que se
guarda embotellado en un año x, tendrá distintas características si se consume 3,
5 o 10 años después: reduce astringencia, pierde vivacidad el color, cambia el
aroma, entre otros cambios.
Y usted a esta altura se estará preguntando: "¿y cuándo vamos a los bifes?" |
Bueno, para no aburrir con columnas largas,
vamos a dejar la dilucidación para la próxima semana. Mientras tanto les dejo
una frase para que vayan pensando
“El vino es como la vida, algunos la
prefieren intensa, otros suave y otros ni la disfrutan”.
Así que se me calman y esperan hasta el próximo
sábado.
Siempre bebiendo con moderación. Salú.
Aquí descorcharé un syrah esperando la próxima columna. Salú!
ResponderBorrarOpalala. Muy bien
BorrarMucho vino blanco viene con rosca. Está mal?
ResponderBorrarEl sábado que viene le contesto
ResponderBorrarExelente!
ResponderBorrarGracias
BorrarSinca, la verdad que impresionante tu columna como siempre, y siempre termino con ganas de tomar un vino, me llevas por el camino del mal jajaja
ResponderBorrarJajaja entrale nomás, con moderacion. Muchas gracias
BorrarY el tetra brick? :)
ResponderBorrarLos vinos que tomo normalmente no traen corcho!!!
Gracias Sinca
Éntrele sin vergüenza amigo!!!
BorrarPor motivos económicos, cambié de un tinto bivarietal, respetable aunque no de gran calidad. Por un Malbec a rosca . Está maul??
ResponderBorrarExcelente, sobretodo si le gusta
BorrarAyer había un concha y toro y un vudú dulce. Gracias a esta columna no me siento culpable de preferir el segundo.
ResponderBorrarUn lector feliz es un lector que vuelve
BorrarQue lo parió, que columna que hace bien che.
ResponderBorrarJajajajaa los taninos son buenos para el corazón
BorrarMe encontré con un montón de datos q no conocía en referencia al corcho. Puede ser que los haya sintéticos hoy? Me imagino q hay diferencias
ResponderBorrarQuien guarda un vino un año???
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