Paris amaneció encapotado. La Avenida Montaigne lucia particularmente atractiva en ese marco de cielos grises contrastando con lo colorido de los comercios.
Me encamine rápidamente hacia el hotel donde me
esperaban Victoria y Joao, la ansiedad de conocer detalles sobre algunos
aspectos de lo anunciado la tarde anterior me ganaba y aceleraba mis pies.
Veinte minutos más tarde de lo acordado crucé el
umbral del hotel y me dirigí hacia la cafetería, donde pude ver que ya me
estaban esperando mis nuevos (?) amigos.
Joao es un hombre de unos 70 años, que como único rasgo
destacable en su fisonomía tenía la incipiente calvicie. Por lo demás se lo veía en
una estupenda forma.
Victoria también se veía bien, aunque a ella la conocía
bastante y desde muchísimo tiempo atrás.
-Buenos días Julio -se paró Victoria, y alzó la
mano para señalar dónde estaban.
-Buenos días -levanté mi mano y me detuve frente a
ellos. Joao se levantó de la silla y saludó en un perfecto español, con algo
de acento portugués.
-Bonos días.
-Julio, te presento al Dr. Joao Zilhao.
Nos saludamos, estrechamos nuestras manos y las sentí
como manos acostumbradas al trabajo, no eran manos de profesores universitarios a los que estoy acostumbrado, que dictan la cátedra desde la teoría, sin un ápice
de conocimiento práctico.
-Estoy ansioso por conocer algunos detalles sobre su investigación - le dije y nos sentamos. La sonrisa de ambos me dio la idea de que sabían que
escribiría un artículo sobre esto, para mi columna en el Boston News.
-Querido Julio -comenzó Victoria- la invitación al
evento y a encontrarnos ahora ha sido intencional y tú lo sabes, ¿cierto?
-Sí, aunque le admito que no fue hasta que terminó la presentación de anoche que entendí qué estaba haciendo aquí.
-Soy un hombre de pruebas por defecto de mi trabajo -intervino Joao- así que supongo que tiene muchas dudas.
-Las tengo, pero no sobre su investigación. Es es más,
creo que la evolución humana tanto antropomórfica como social, se puede
entender perfectamente desde todas las expresiones artísticas conocidas.
-Cuando Victoria me habló de usted y de que ella entendía
que era el mejor canal posible para difundir desde otro lugar nuestros avances,
comencé a leer sus artículos sobre arte, y en verdad me ha dejado sorprendido la forma en que hace la crítica sobre el trabajo artístico de alguien.
No me gusta que me adulen, es más, estoy acostumbrado
a lo contrario. Pero escuchar cómo me consideraron me sorprendió y me agradó.
-Hace unos pocos años atrás, Joao descubrió algunas incongruencias en las cuevas de Cantabria -Victoria entendió que en ese comentario de Joao estaba la aceptación para hacerme participe de sus investigaciones y comenzó a explicar-. Eso lo llevó a profundizar un poco más las investigación con el carbono 14 hasta llegar al punto en que no cerraban los cálculos de fechas y seguía habiendo datos en los muros que no coincidían con los Homo Sapiens.
-Estas son de Maltravieso -comenzó contando Joao-. Por 2016, un equipo de investigadores las fotografió y me encargó un nuevo estudio sobre la datación. Ahí me incorporé al equipo y después ya seguí intentando demostrar las fechas lo más correctanente posible.
No podía creer que toda esa información hubiera pasado sin saberlo. Es algo demoledor y por supuesto que cambia totalmente la teoría evolutiva del hombre y su compartimentación en el tiempo entre sí.
-¿Cómo llegaste al Uranio para probar esto? - Si había una pregunta tonta era esta, pero necesitaba que siguiera hablando, porque yo precisaba ordenar un segundo la crónica.
Viene excelente la historia, quedamos a la espera....
ResponderBorrarEso, eso, quedamos esperando como sigue
ResponderBorrarPara mí que en cualquier momento, Victoria se saca la blusa y se los garcha a los dos. No tengo pruebas pero tampoco dudas.
ResponderBorrarGracias a todos por los comentarios, no me tientes Reyes que en la próxima historia se me va la moto
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