Era sábado por la mañana, hacía mucho calor, la casa se despertó como siempre, José hizo Pan casero como todos los fines de semana y se dispuso a tomar mate en el patio trasero, estaba de buen ánimo, parecía que la tormenta había pasado, estaba de buen humor, pasado el mediodía empezó a distribuir niños con la consigna de dejar descansar a Mabel, a los del medio los mandó a jugar a casa de unos amigos del barrio, los más grandecitos fueron a casa de su abuela con la consigna de preparar algo para la merienda y al mayor lo acompañó hasta la parada del ómnibus que lo llevaba a casa de su novia.
A los pocos minutos los vecinos estaban llamando a la policía, un amigo de los hermanos de Belén corrió hasta la casa de la abuela a avisar lo que había sucedido. Al llegar, casi sin aliento, Miguel llamó a la puerta de donde estaban Belén y sus hermanos. Cuando le abrieron, lo vieron llorando y tratando de explicar lo que sucedía.
Todos salieron corriendo hacia la casa, pero creo que a ninguno le sorprendió la noticia. Al llegar a la casa todo era un caos, había gente en toda la cuadra, ambulancias, policías, vecinos conteniendo a las pequeñas, los policías detuvieron el paso de los chicos, no era una escena digna de quedar en el recuerdo de nadie. La ambulancia se iba trasladando a Mabel al hospital, supuestamente tratarían de salvarle la vida.
Belén sabía que ya no había ninguna
vida que salvar.
Por orden de la
abuela todos los chicos fueron trasladados a su casa, con una amiga de Mabel
que se había ofrecido a cuidarlos mientras todo pasaba. Al caer la noche, entre
los hermanos se hacían mil preguntas y las chicas contaban a su manera lo que habían
visto, no había mucha información. Los mayores estaban en el hospital,
encargándose del asunto. Los más pequeños de la casa lloraban, solo querían
dormir en su casa, en su cama. Laura, la amiga de Mabel, trataba de disimular su
dolor, cómo iba a hacer ella para explicarle a esos niños que sus vidas habían
cambiado para siempre.
Un solo día, un momento, un choque de planetas y la más egoísta decisión que un adulto puede llegar a tomar.
La descripción de los acontecimientos recrea bastante el horror de lo que pasó. Terrible
ResponderBorrarNudito en el estomago.-
ResponderBorrarTerrible. Me desesperan estas cosas, que suceden con demasiada frecuencia.
ResponderBorrarSin palabras.
ResponderBorrarGracias a todos por comentar. No se pierdan la de mañana, se lee con pañuelo :)
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