Bergessio, Gonzalo: quedó en el debe. Sus goles no deben hacer olvidar que tras la partusa
en plena burbuja, lejos de hacerse cargo en su calidad de capitán, le dio nota
a Buysan para aclarar que él no tenía nada que ver. Pero acá juzgamos lo que
sucede en la cancha, afuera si es consentido, por mí que sodomicen a quien sea
(8).
Cartagena, Santiago: la imagen de este botija llorando tras haber anotado su primer gol
oficial recorrió el mundo. Hizo bien en llorar porque prácticamente no volvió a
tener acción (4).
Castro, Chory: yo pensaba que venía el Guti y lo traía. Pero no pudo ser,
lamentablemente. En el año, no hizo mucho, pero fue sin dudas el mejor
futbolista ofensivo tricolor por detrás de Bergessio y Thiagol (5).
Centurión, Guillermo: sus atajadas le dieron a Nacional su título 160 (6).
Corujo, Guzmán: estuvo cerca de concretar su récord personal de jugar 4 partidos seguidos sin lesionarse o cargarse algún músculo. Sobre el final, los rivales dejaron de atacar a Nacional y su rendimiento pareció mejorar (5).
Cougo, Ayrton: justo cuando se estaba convirtiendo en ídolo, se tuvo que ir. Por
convertirse en ídolo se entiende “tres partidos seguidos sin ser puteado” (5).
Fernández, Papelito: se llevó su alegría desbordante a Belvedere. ¿Qué hubiera pasado si
metía aquel cabezazo en la última jugada del clásico? Ah, no sé (3).
García, Pablo: amenaza pero no cumple, como las leyes que no le gustan a Luis, esas
que son estrictas pero de cumplimiento laxo. El día concrete, no tiene techo. (3).
García, Rafael: nadie debe olvidar que ni bien Munúa fue cesado, el movimiento fue
traer a García y a Lores. Y aun así Giordano se coronó campeón. En cualquier
caso, el único zaguero de Nacional capaz de quitar una pelota (5).
Gedoz, Felipe: el dueño de la fantasía carioca, y primer e histórico caso de Covid en
el fútbol uruguayo (2).
Giordano, Jorge: memorable rendimiento. Tomó un Nacional demacrado anímicamente tras haber perdido dos finales, y lo llevó a lo más alto. Mal echado (9).
González, Agustín: Munúa lo puso en un solo partido, la final ante Rentistas. ¿Y quién
ganó la final? Rentistas. Ergo, esto me dolería más a mí que a ti, Agustín (1).
Laborda, Mathías: fue de menos a más. Tuvo un par de semanas donde hizo todo mal,
incluyendo el penal innecesario que habilitó el histórico gol de Nahuelpán en
el Campeón del Siglo. Luego se asentó y hasta se dio el lujo de anotar en la
primera final. La vida misma (5).
Ligüera, Martín: a lo Roberto Fleitas, 4 partidos y quedó en la más rica historia del deporte uruguayo, continental y mundial. Para que tomen nota otros entrenadores que en 15 años nos han dado la misma cantidad de títulos (9).
Qué hombre más hermoso. |
Lores, Ignacio: fue de menos a menos todavía. Encima, se agarró Covid y se perdió la chance de sacarse una foto y meter un poco de humo con la parcialidad. No descartamos su rápido retorno al Club de sus amores (3).
Marichal, Nicolás Yamandú: lejos el mejor zaguero tricolor en el año, pese a que jugó 3 partidos.
Pues jugar mucho está sobrevalorado, hay que jugar bien. DIgaseló a Roberto
Fleitas y Tabárez, si no (7).
Martínez, Emiliano: es joven, espigado, rápido, hábil, talentoso y querendón. La pregunta:
¿Qué hace jugando en Nacional? Intuyo que hay que trabajar en esa cabecita (7).
Mejía, Luis: se presta para que en el próximo Nacional – Fénix le griten “mirá dónde
terminaste, Luis”. Vale acotar que será compañero de Lolo, con quien tuvo un recordado
intercambio pugilístico en un clásico de morondanga. Veremos cómo termina esta
historia (4).
Munúa, Gustavo: su cese fue un golpe duro a la ciencia, similar a los recortes a la ANII. En lo futbolístico, poca cosa, digamosló (4).
Neves, Gabriel: bigote eterno. Pasó de ser un futbolista de relleno a ser codiciado por
los principales equipos del continentes, antes de terminar como suplente del
Rafa García (5).
Ocampo, Brian: empezó siendo el peor Ocampo del fútbol uruguayo, candidato a finalizar
su contrato con antelación. Pero rescatado del ostracismo por el Kaiser
Giorgano, terminó redondeando una temporada de ensueño que lo potencia como número
puesto en una selección uruguaya que no tiene un puntero encarador como la
gente desde lo recordados tiempos del Walter Peletti (8).
Oliveros, Agustín: todo iba bien en la carrera de este correcto futbolista hasta que
Tabárez tuvo la feliz idea de citarlo al combinado nacional. Nunca pudo
recuperarse del todo (5).
Orihuela, Renzo. De los mejores futbolistas llamados Renzo del fútbol uruguayo. Parecía
el heredero de Nasazzi hasta que se mandó un par de errores importantes y ahí
la gente pensó: “y bueno, de última ya está vendido” (5).
Ramírez, Coloradito. De los peores debuts de la historia alba, y eso que hemos visto debutar
a Claudio Morena y Julio Zoppi. Sin embargo, con el devenir de los encuentros,
fue agarrando confianza y lo suyo terminó siendo casi digno. Esperemos que
pueda sobrellevar la mochila de ser sucesor de Thiago en el rol de
centrodelantero del que se esperan cosas buenas sin la más mínima base empírica
(4).
Rodríguez, Santiago: protagonista de una de las mejores anécdotas de los últimos tiempos, que el Doctor Da Silveira se encargó de narrar como solo él sabe hacerlo, con un estilo muy parecido a Verdaguer. En lo futbolístico, un gol a River argentino y otro a Peñarol que de poco sirvieron (5).
Roxette, Sergio: no me gusta exagerar, pero para mi gusto es el mejor arquero de
Nacional pos Bertinat. Porque siempre se pone la referencia de un buen jugador,
tipo “el mejor 10 de Brasil pos Pelé”. Pues no, por qué no poner de referencia
a Edú MArangón? Veamos qué sucede en el futuro, siempre está a tiempo de
comerse un gol bobo en un clásico (7).
Sosa, Joaquín: el niño con cara de Heath Ledger haciendo de cowboy, jugó un partido
solo y metió el mejor centro de un lateral de Nacional en 30 años. Figura y
pico, mal cedido a Rentistas (8).
Trasante, Joaquín: hasta la primera final yo creía que era espantoso. Ahora pienso que es
un tipo ideal para esta clase de partidos (5).
Trezza, Alfonso: subyugante. Por momentos, se torna imparable. Es decir, no hay forma de
pararlo en la cancha y que el equipo no se resienta. Pero es joven, y tiene una
larga carrera por delante que, esperemos, supere su cesión a préstamo a Cerrito
(5).
Vecino, Thiagol. EL optimista del gol. El tipo que lo sigue intentando aun cuando las
estadísticas de Nuen Analytics le juegan en contra. Capilarmente, el mejor. En
lo estritamente goleadorístico, todavía le falta (4).
Velázquez, Ignacio. Cualquiera diría que los entrenadores no le tenían mucha confianza,
tanto que hasta preferían ponerlo a Méndez antes que él. Jugó un solo partido y
lo hizo dignamente (4).
Villar, Emiliano. La apuesta 2020 de Nacional. Y como el 95% de las apuestas, salió mal.
Ahora bien, qué hubiera pasado con Nacional si no anotaba ese gol en el arco de
la Colombes? Salió campeón igual antes de ser cedido al poderoso Rentistas (3).
Yacob, Claudio: festejó alborozadamente la obtención del Campeonato Uruguayo 1970, merced al atraso de 50 años que tan bien se encargó de señalar. Jugador clave en la estructura alba, no me extrañaría que Cappuquio exija su retorno (7).
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